¿Sushi con capas y capas de sabores, los colores del arcoíris, listo en media hora y sin necesidad de técnicas de enrollado ni artilugios impronunciables? Afu.
Hacer sushi es menos difícil de lo que parece, al menos a mi paraguayizada e improvisada manera. Pero, ¿sabías que prácticamente no hay mujeres detrás de las barras de sushi en Japón? Las culpables: Oh, sorpresa, nuestra menstruación y una supuesta temperatura corporal elevada que nos hace menos aptas para percibir gustos y aromas.
De sushi master no tengo nada, pero cuando me dicen que no puedo hacer algo, soy capaz de lo impensable con tal de demostrar que puedo (y mejor que nadie.) Asimismo, cuando me quieren definir por ser mujer o mamá, pierdo la cordura.
Al convertirme en madre, el mundo por un momento pareció olvidar todo lo otro que soy y fui. Todas mis descripciones vienen con un mamá de prefijo, porque de pronto, antes que todo lo otro, soy mamá. Mamá blogger, mamá buena onda, mamá valé. Pero mamá primero. Ya no soy yo. Yo ya no existo.
Once meses después de mi nacimiento como mamá, todavía no me siento yo misma. A veces tengo pavor de pensar que es en vano seguir buscando esa vieja Maria José libre, divertida y despreocupada que capaz murió el día en que se convirtió en madre.
Siempre dije que me pondría a mí misma sobre todo lo demás; que no dejaría de lado mi persona, mi pareja ni las cosas que me mueven por ser madre. Sorpresa, ésto es sólo fácil en papel. Los meses pasan, y la combinación de cansancio, soledad y preocupación cambian a la gente, no sé si para siempre, pero a veces, en esos momentos donde parece que el tiempo se detiene, se siente como que será hasta el fin de los días.
Cuando estoy en medio de la tormenta me miro pensando, ¿qué habrá sido de vos, Maria José?
Cuando supero esos momentos difíciles, cuando sobreviví y vuelve por un segundo la calma a mi cabeza, me siento una mujer fuerte, valiente, poderosa, invencible. No me siento la yo de antes, me siento alguien mejor.
Ayer, después de un par de semanas extrañas, tuve un día increíble. Awi y yo en la cama, riéndonos la una de la otra a carcajadas, en uno de esos momentos intrascendentes que quedan grabados en el inconsciente por siempre.
También salió esta receta sin pensar demasiado, la compartí con mis mejores amigos y sentí que era lo más rico que cocinaba en mucho tiempo. Que cociné con nada más que amor.
Espero pruebes este sushi bowl y te cambie el día. Y no te hartes de mi monotema. Juro que traté incansablemente de escribir sobre algo más. Según mis amigas era mercurio retrógrado nomás lo que me estaba pasando, pero como todavía no decidí si creo o no en eso, necesitaba sacarme todo. Es mi diario al final. Ponele.
Sushi bowl con mayo de wasabi Imprimir
10 mins
20 mins
30 mins
- 2 tazas de arroz para sushi
- 3 tazas de agua
- ½ taza de vinagre de arroz
- 2 cucharas soperas de azúcar blanca
- Una pizca de sal
- Una cuchara sopera de aceite común
- 100 gramos de salmón fresco ó
- 8 palitos de kanikama
- Una zanahoria
- Un pepino
- Un mazo de cebollita
- Un mango brasilero
- Una hoja de alga nori
- Sésamo negro
- Tres cucharas soperas de mayonesa
- Una cucharita de wasabi
- Salsa de soja para acompañar
- Lavar el arroz en un colador bajo la canilla hasta que el agua salga transparente. Este proceso lleva unos minutos pero asegura un arroz fluffy y que no se pega.
- Colocar el arroz en una olla con el agua fría. Cocinar a fuego alto hasta que hierva. Bajar el fuego y cocinar a temperatura baja por 20 minutos. Luego tapar la olla y dejar reposando 5 minutos. En lo posible, evitar revolver el arroz más que para despegar del fondo.
- Mezclar el vinagre, sal, azúcar y aceite en un bowl pequeño hasta que se disuelva el azúcar. Agregar esta mezcla al arroz y aunque parezca muy líquido, todo el excedente será absorbido.
- En una asadera o pirex, extender el arroz ya cocinado y crear surcos con un cuchillo para acelerar el proceso de enfriado del arroz. Dejar que se enfríe totalmente antes de manipular.
- Cortar el pepino en cuartos a lo largo. Retirar con un cuchillo la pulpa y la semilla. Luego, cortar en bastones pequeños y reservar.
- Pelar la zanahoria. Con el mismo pelador, rallar la zanahoria hasta conseguir bastones finos. También pueden cortarse los bastones usando un cuchillo. Reservar.
- Pelar y cortar el mango en rodajas bien finas.
- Si se usa salmón, es importante no retirar de la heladera justo hasta el momento de servir. Si se usa kanikama, sí puede estar un poquito más tiempo afuera. En ambos casos, cortar en trozos la carne y reservar.
- Cortar la cebollita y el alga nori en tiritas usando tijeras para facilitar la tarea.
- Por último, mezclar la mayonesa con el wasabi para el aderezo.
- Ahora es hora de armar el bowl. Usar de base el arroz y agregar el pepino, zanahoria y salmón o kanikama. Espolvorear cebollita y sésamo, y finalmente decorar con el mango y las algas nori. Servir acompañado del aderezo de wasabi y salsa de soja.
