Uno desarrolla una relación con los utensilios de su cocina. Sabe cuál sartén se pega, el cuchillo más cómodo para cortar pan y el plato donde más lindas salen las fotos. Este pan de romero y aceite de oliva acompañado de dos variedades de mantecas, una de ajo y orégano y la otra de miel y pimentón nació para celebrar la llegada de una nueva olla a mi casa. Sí, así me pongo por las cosas de la cocina.
Cuando recién me casé recuerdo la emoción de abrir los regalos y encontrar ollas, platos, cubiertos y todo lo que necesitábamos para nuestro primer hogar. También recuerdo que a los dos meses se me cayó la licuadora al piso y se rompió, y yo, como protagonista de novela mexicana, me eché a llorar al piso pensando en cómo sería mi vida sin aquella preciada licuadora.
Hoy, un montoncito de años después, de aquellas primeras tazas creo que queda una. De las copas de cristal tan chuchis que mi mamá prácticamente me obligó a guardar, Agripina rompió la última bailando Luis Miguel en la sala de mi casa. Los electrodomésticos, hechos de plástico y papel en China, todos descompuestos hace rato.
Sé que para muchos no significará demasiado, pero el tener esta olla en mi cocina significa un montón de cosas para mí. Cuando empezaba a escribir y sacar fotos no creyendo que tendría la constancia suficiente para hacerlo por mucho tiempo, solamente podía soñar con tener una batidora profesional, un montón de gente que me escribe todos los días y ahora, un dutch oven, una olla francesa de hierro esmaltada donde se cocinan desde el guiso más casero hasta panes dignos de confitería.
Aunque en mi interior muchas veces resienta la obligación de estar tan presente en redes sociales, asistir a demasiadas reuniones que pudieron haber sido mails y tener que escribir cuando preferiría dormir, todo el camino que recorrí me trajo de alguna manera hasta acá.
Quizás es poca cosa, es un utensilio de cocina más, pero para mí es la culminación de una primera etapa. Mi primer taller, mi foodzine, mis primeras colaboraciones con marcas, mi olla. Y no es que haya hecho ni tenga todo lo que quiero, pero este post me obliga un poco a sentarme, respirar hondo, mirar a mi alrededor y agradecer.
Si eso no da para brindar con pan casero con manteca, no sé para qué vinimos a este mundo. ¡Gracias por estar!
Pan de romero y oliva con mantecas saborizadas Imprimir
24 horas
40 mins
Un día y 40 minutos
- 3 tazas de harina 000
- Una cuchara sopera de sal
- ½ cucharada sopera de levadura seca
- 1 cucharada sopera de azúcar
- ¼ taza de aceite de oliva
- 1 ½ tazas de agua tibia
- 1 rama de romero
- 100 gramos de manteca
- 1 cucharita de miel de abeja
- 1 cucharita de pimentón
- 1 cucharita de orégano
- 1 cucharita de ajo en polvo
- Sal gruesa o marina
- Colocar la harina en un bowl junto con la sal y las hojitas de romero. Mezclar con una cuchara de madera o usando las manos.
- Diluir el azúcar en el agua tibia en otro recipiente. Agregar la levadura seca y mezclar bien. Dejar reposar unos minutos hasta que empiece a burbujear.
- Hacer un hueco en el medio de la harina y agregar el aceite de oliva. Mezclar con la cuchara o las manos hasta que se incorpore. Agregar el agua con levadura y mezclar hasta que quede una masa pegajosa.
- Cubrir el bowl con papel film y dejar descansar entre 18 y 24 horas hasta que la masa haya levado y por lo menos duplicado su tamaño.
- Transcurridas las horas de levado, precalentar el horno a 180 grados. Colocar la olla con tapa dentro del horno durante 15/20 minutos hasta que adquiera mucha temperatura.
- Tip: Yo utilicé una olla de hierro Staub, pero cualquier olla con tapa que aguante más de 200 grados de calor puede utilizarse para la cocción.
- Con las manos enharinadas, formar una bola de masa (aunque esté un poco pegajosa) y colocarla dentro de la olla y cerrar con la tapa. Cocinar tapado durante media hora y luego sin tapa unos 10 minutos más hasta que el pan se dore.
- Retirar del fuego y dejar enfriar completamente antes de cortar.
- Para las mantecas, dejar la manteca fuera de la heladera hasta que esté bien blanda. Separar en dos tazas. A una, agregarle miel y pimentón, y a la otra, ajo en polvo y orégano. Poner en un bowlcito para servir, agregar un poco de sal gruesa por encima y guardar en la heladera hasta el momento de consumir.