¿Cómo inspirarse cuando los días son todos iguales unos a otros, cuando da lo mismo que sea lunes o sábado, cuando la rutina es eterna y el espacio limitado? ¿Cómo escribir nada cuando cociné estas tartitas de camembert con cebollas caramelizadas solo para compartir la receta, pero no tengo intención de hacer ningún tipo de introspectiva?
Awi me estironea la remera mientras voy a contrarreloj para sacar este post y cumplir con mi tarea de la semana. Me siento en el Día de la Marmota, los días se repiten en constante loop hasta que de pronto vuelve a ser viernes, y yo como siempre, dejando todo para última hora.
Ahora llora. Demanda una atención que no puedo darle. Ahora no puedo. No puedo. No.
Me hace sentir culpable, pero necesito terminar este post. ¿Cómo hace la gente que tiene un montón de hijos? ¿Cómo hizo mi mamá para lidiar conmigo y con mi hermano? ¿Cómo termino este texto sin perder la cordura?
Solo media hora más y termino. Extraño mi soledad. Que mis tiempos dependan sólo de mí. Extraño dormir la siesta y ser egoísta y no vivir preocupada.
Ya ni sé ni si quiero salir a ver a mis amigos, sólo quiero manejar un rato sin rumbo. En silencio, conmigo misma, sin miedo de contagiarme de ningún virus ni de que me pare una barrera policial. Quiero dormir y despertarme a la hora que quiera. Quiero silencio en mi cabeza. Quiero terminar este post deprimente.
Una manito golpea las teclas de mi computadora sin cuidado, buscando compañía a los gritos. Y yo estúpidamente escribiendo un montón de palabras intrascendentes para librarme de la tarea tediosa de compartir acá todas las semanas.
No sé si terminé o no, pero hasta acá me da el cuero por hoy. Gracias por escuchar, quienquiera que seas.
Camembert en hojaldre con cebollas caramelizadas Imprimir
10 mins
40 mins
50 mins
- Seis tapas de empanadas hojaldradas
- Un trozo grande de queso camembert
- Dos cebollas medianas
- Dos cucharas soperas de manteca
- Dos cucharas soperas de azúcar morena
- Una pizca de tomillo
- 100 ml de vino tinto
- Sal y pimienta
- Cortar la cebolla en tiras finas. Derretir la manteca en una olla pequeña.
- Agregar las cebollas, azúcar, sal, pimienta y tomillo. Revolver bien.
- Agregar el vino y dejar cocinando a fuego bajo por 20 minutos revolviendo de tanto en tanto hasta que se reduzca todo el líquido y quede una textura casi de mermelada. Apagar el fuego y dejar reposar.
- Precalentar el horno a 180 grados. Colocar las tapas de empanadas en moldes para muffins aceitados. Rellenar cada tapa con un trozo grande de queso camembert. Colocar la cebolla caramelizada por encima.
- Pintar con una yema de huevo para darle un lindo color dorado y llevar al horno por 20 minutos o hasta que se haya dorado la masa y derretido el queso. Desmoldar y decorar con nueces picadas.
- Servir inmediatamente como picada o acompañado de una ensalada verde.