Long, long time ago I can still remember… un pie de manzana sin azúcar, harina blanca ni culpas. La primera imagen mental es la de un triste postre gris, seco y con gusto metálico a edulcorante. La realidad, gracias a los Caballeros del Zodiaco, es completamente distinta.
De niña mi pie de manzana favorito se conseguía en Mc Donald´s. Sí, Mc Donald´s, ya sé. Su pie era una empanadita rectangular recién frita con jugoso relleno que categóricamente terminaba quemándote el paladar al primer mordisco desenfrenado.
Aparte del doble cuarto de libra de pan, carne y queso (hasta ahora no soy amiga del kétchup) era mi menú favorito hasta que lo descontinuaron, quizás porque yo era la única niña en Paraguay a la que se le podía ocurrir pedir pie de manzana en la casa de Ronald Mc Donald.
No fue hace tanto cuando desde la ventanilla del auto de mi mamá me maravillaba la fila de autos que iba de Aviadores hasta San Martín esperando entrar por primera vez a la meca de la comida rápida gringa. Recuerdo emocionarme incluso cuando se inauguraron las primeras Esso Shop, llenas de helados, dulces y la novedad del momento, los súper panchos kilométricos que giraban en su eje listos para ser consumidos en el momento.
No era la intención inicial de este post hacer una oda #tbt a la comida rápida en Asunción, pero el recuerdo de aquel pie delicioso me lleva atrás a la inauguración del primer Pizza Hut sobre España y la emoción por querer conocer YA esa pizza radioactivamente deliciosa que según contaban dejaba a la tradicional Pizza Crock de cinco mil guaraníes por el piso.
Cuando sólo habían Barrabar, Froggy y Don Vito sobre San José vivíamos tiempos más simples. Asunción era casi una aldea donde las películas se estrenaban meses después y comprar los juguetes que veíamos en Nickelodeon era inalcanzable.
Una vida sin tantas opciones, apuro ni globalización. Menos conectados con el mundo pero tal vez más presentes en nuestra realidad de isla rodeada de tierra.
No quiero pecar de romantizar aquellas épocas ni tampoco sé si todo tiempo pasado fue mejor. Eso sí, si quieren volver a traer aquel pie de manzana con sabor a mi niñez, seré la primera en la fila esperando.
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45 mins
55 mins
- 1 taza de avena
- 1 taza de harina integral
- ½ taza de nueces mariposa
- Una pizca de sal
- 3 cucharas soperas de manteca
- 1 cuchara sopera d miel negra
- 2 cucharas soperas de leche descremada
- 3 manzanas
- 1 cuchara sopera de miel negra
- 1 cucharita de vinagre de manzana
- 1 cuchara sopera de maicena
- Jugo de una naranja
- 1 cuchara de canela
- 1 cuchara de nuez moscada
- Un chorrito de edulcorante (a gusto)
- ½ taza de agua
- Un puño de uvas pasas (opcional)
- Un puño de nueces (opcional)
- Cortar las manzanas en cuadraditos pequeños sin pelar. Colocarlas en una olla con el jugo de naranja, canela, nuez moscada, miel negra, vinagre de manzana y agua. Hervir a fuego lento durante 15 minutos, revolviendo de tanto en tanto.
- Con una cuchara, retirar un poco del líquido de cocción y mezclar en un bowl pequeño con la maicena. Volver a agregar a la olla y añadir también las uvas pasas. Cocinar por 10 minutos más o hasta que las manzanas se hayan ablandado del todo sin llegar a deshacerse.
- Apagar el fuego y dejar reposar mientras está lista la masa.
- Precalentar el horno a 180 grados.
- En una procesadora, procesar la avena hasta que quede con la consistencia de harina gruesa. También puede usarse la avena que viene extra fina. Agregar las nueces y volver a procesar. Repetir lo mismo con la harina integral y la sal hasta que esté todo integrado.
- Agregar la manteca, la miel negra y la leche y procesar solo un poco hasta que se haya formado una masa pegajosa.
- Rociar un molde para tartas con aceite en spray. Con los dedos, estirar la masa hasta conseguir un grosor de 2 centímetros más o menos. Luego, agregar el relleno.
- Cocinar en el horno 20 minutos o hasta que los bordes de la tarta empiecen a dorarse. Dejar enfriar completamente antes de desmoldar.