Guayaba. Rúcula. Ricota fresca. Almendras. Masa. Aceite de oliva. Pimienta recién molida. Siete ingredientes. Siete es un hermoso número. De la suerte incluso. ¿Saben qué otro número es hermoso? ¡CIEN! ¿Y qué significa hoy cien? El número de recetas publicadas en este espacio que nos reúne semanalmente.
Me puse a releer mis últimos posteos y aunque mi idea siempre fue compartir un diario escrito con hambre, el hambre y la comida quedaron en segundo plano con tanta tormenta personal el último año. Así que hoy voy a intentar descargarme lo más rápido posible y hablar un poquito de esta receta tan chuchi, simple y deliciosa.
Mi receta de guayaba momma es más vieja que el blog. Especial para el #tbt. Cuando no existían Instagram Stories, Mi corazón de arroz ni Awi, empecé a sacar fotos de lo que cocinaba, para ver qué pasaba. Para aprender. De paso, para liberarme un poco del trajín emocional de trabajar en audiovisual, con sus tiempos apresurados, horas atravesadas, clientes exigentes y satisfacción a destiempo.
¿No les pasa a veces que tanto quieren algo y cuando llega no era cómo se imaginaban? Cien recetas publicadas es un número impensable, ni siquiera sé de dónde salieron tantas. Jamás pensé que seguiría después de tanto tiempo.
Dicen que si estás haciendo algo y no te da un poco de miedo estás haciendo algo mal. Ahora mismo no tengo la más pálida idea de lo que estoy haciendo. Y por primera vez el blog se me fue de las manos. Ya no es un hobby. Ya no es un extra. Ya no es algo que hago para aliviar el estrés laboral.
ES el estrés laboral.
Imagínense, ayer tuve tanta ansiedad que cociné el almuerzo (una impresionante sopa de lentejas al curry con leche de coco y cilantro, perfecta para el día gris) y no pude comer un solo bocado. Ni siquiera le saqué una foto. Hoy ya estoy mejor.
Ahora sí hablando de comida, creo que la guayaba es uno de los ingredientes más menospreciados en nuestra gastronomía. Más allá del clásico dulce de guayaba de Areguá, la pastafrola de mi mamá, y este picante de guayaba, no lo veo incorporado tanto como querría en nuestra cocina del día a día.
Para celebrarla, este híbrido entre canapé, tarta y ensalada le da el protagonismo que siempre se mereció. Y festeja conmigo (y ustedes, obvio) este largo camino recorrido. ¡Gracias por estar desde siempre!
Guayaba Momma Imprimir
10 mins
15 mins
25 mins
- 2 guayabas maduras pero firmes
- 50 gramos de ricota fresca
- Dos atados de rúcula
- Ocho almendras
- 6 tapas de empanada
- Dos cucharas soperas de aceite de oliva
- Una cuchara sopera de dulce de guayaba
- Un chorrito de vinagre
- Sal y pimienta
- Opcional: Una yema para pintar la masa
- Precalentar el horno a 180 grados. Colocar las tapas de empanada en pequeños moldes para tarta o armar cada tapa con forma de tartita en caso de no tener moldes. Cocinar durante 15 minutos o hasta que se doren. Dejar enfriar completamente.
- Lavar la rúcula y las guayabas. Colocar en cada tartita un poquito de rúcula, la guayaba cortada en rodajas, un poco de ricota y las almendras fileteadas.
- Mezclar en una taza el aceite, dulce, vinagre, sal y pimienta. Reservar y condimentar justo antes de servir.
