El asado perfecto se sirve con sopa paraguaya, chipa guasu (sí, ambos), mandioca, provoleta y por supuesto, ensalada de papas. Estos acompañamientos se valorizaron en mi vida cuando dejé la carne roja y mis asados pasaron a girar en torno a cualquier cosa menos lo que estaba cocinándose en la parrilla.
En Paraguay hacer asado es sinónimo de festejo, de sábado al mediodía, de reunión familiar, de arrear a los amigos y celebrar los pequeños y grandes acontecimientos cocinando con gente querida. Nos lleva a nuestro instinto más básico de juntarnos alrededor del fuego y compartir en manada un proceso de cocción lento y comunitario.
A pesar de mi alejamiento del mundo carnívoro nunca dejó de gustarme la actividad del asado, excepto cuando me cruzo con gente extraña que no pierde la oportunidad de hacer algún chiste de vegetarianos en asados. Sí, sigue pasando en el 2019.
Así como no falta el señor que hace un chiste burlándose de los homosexuales, el compañero de colegio que tiene a la esposa como sirvienta personal y la tía a la que se le escapa un “y vos, ¿cuándo lo que te vas a casar de una vez?”.
Mi nueva madurez me permite callarme y sonreír entre dientes sin que (casi) nada ni nadie pueda molestarme, mucho menos gente pesada e intolerante.
Pasar los treinta creó una dualidad en mí. Por un lado, tengo menos tolerancia que nunca hacia la gente misógina, homofóbica y que busca eliminar los derechos ajenos por su conveniencia o creencias particulares. Por el otro, quiero estar tranquila y elijo mis batallas. No tengo más la energía de pelearme con personas que no están dispuesta a escuchar y abrir la cabeza.
Dependiendo de donde esté, decido matar la falsa amenidad y sentar (a gritos si lo amerita) mi postura, o a veces, cuando veo que todo está perdido, me cambio de mesa y sigo comiendo ensalada de papas.
Esta versión combina las papas de siempre con dulces batatas y una mayonesa aligerada para poder comer más sin llenarse nunca. Especial para guardar lugar para el helado. Y llenarse de fuerzas para seguir peleando contra el mundo entero.
Ensalada liviana de papas y batatas Imprimir
5 mins
25 mins
30 mins
- 3 papas medianas
- 2 batatas medianas
- Cinco cucharadas de mayonesa light
- Dos cucharadas de yogurt natural
- Una cucharita de mostaza dijon
- Una cucharita de ajo en polvo
- Sal y pimienta
- Cebollita de verdeo para decorar
- Poner a hervir las papas y las batatas con cáscara en abundante agua con un poco de sal durante 25 minutos o hasta que se ablanden. Retirar del agua y dejar enfriar por completo.
- Pelar y cortar las papas y batatas en cuadritos. Colocar en un bowl para servir.
- Combinar en un bowl la mayonesa, yohurt, ajo, sal y pimienta. Agregar a la mezcla de papas y batatas.
- Mezclar la ensalada y decorar con un poco de pimenta recién molida y cebollita de verdeo.