Casi casi un trabalenguas, tortilla de papas con tomates tostados al ajo. Creo que no puedo decir tres veces de seguido sin trastabillar.
Estoy en medio de un lapsus de locura ermitaña anti-social. No sé si será pasar tanto tiempo interactuando en el celular, el constante sentimiento de estar expuesta o que decidí hacer una especie de desintoxicación y quizás mi yo sobria es nomás solitaria por naturaleza. Me asusta lo encerrada que estoy y que mientras más me encierro menos quiero salir.
No soy partidaria de la palabra détox porque está terriblemente corrompida por el marketing que quiere vender jugos verdes y pastillas “naturales” . El cuerpo se desintoxica solo, para eso tenemos hígado y páncreas. Pero estas dos semanas sin alcohol, harina, noche, casi hasta sin maquillaje me dieron nueva vida. Ok, el pucho siestero no me abandona nunca pero bueno, esa es otra historia.
¿Será la edad? Siento que si puedo elegir entre ir a un bar y hablar con treinta personas o quedarme sola en casa a no hacer nada, ando prefiriendo lo último. Ni siquiera siento más FOMO al mirar Instagram Stories y ver a la misma gente de siempre haciendo lo mismo de siempre fin de semana tras fin de semana. ¿En qué me he convertido, señor?
Mis días son todos iguales al anterior; trabajo, trabajo, comer, trabajo, Awi, comer, dormir. De lunes a lunes. Rutinarios y esquematizados desde las seis de la mañana a las nueve de la noche. Suena tedioso. Pero siento que en este momento, de otra forma no funcionaría. Tener el día planificado minuto a minuto es lo único que mantiene mi ansiedad calma.
No sé si me gusta del todo ser así, pero probablemente sea sólo una etapa. Volveré pronto, con extra sed seguramente y lista para volver a intoxicar mi cuerpo de placeres mundanos.
- Una papa mediana/grande
- Una cebolla
- Un huevo
- Una cuchara de pimentón dulce
- Media taza de queso sardo
- Dos tomates pequeños
- Un diente de ajo
- Tres cucharas soperas de aceite de oliva La Española
- Orégano fresco
- Sal y pimienta
- Precalentar el horno a 180 grados. Sin pelar, cortar la papa (con mandolina es más fácil) en láminas extra finas. Picar la cebolla en tiras.
- En un bowl batir huevo, la mitad del queso, sal, pimienta y pimentón. Agregar las papas y las cebollas y mezclar bien usando las manos para asegurar que todo esté cubierto con huevo.
- Colocar la mezcla en un recipiente apto para horno. Cubrir con queso y cocinar durante 20 minutos o hasta que empiece a gratinarse.
- Mientras tanto, cortar los tomates en cuartos y retirar toda la pulpa y semillas. Guardar para hacer alguna salsa o como base para guiso.
- Colocar el aceite en una sartén y antes de prender, agregar el ajo picado bien fino. Cuando el ajo empiece apenas a tostarse, saltear los tomates por 20 segundos aproximadamente. Apagar el fuego y agregar orégano fresco. Dejar reposar en la sartén hasta que la tortilla esté lista.
- Servir la tortilla directo del horno con los tomates por encima.