Años tuvieron que pasar para que llegue a mí. Como un llamado divino, como esos místicos ángeles aparecidos, como doscientas auroras boreales (¿?) llegó por fin al blog una receta de veggie burger digna de compartirse con el mundo entero.
¿Cuántas veces cociné veggie burgers desde que dejé de comer carne roja? No me alcanzan los dedos de las manos y los pies. Pero el problema siempre era el mismo: aunque el sabor estaba, la textura nunca era la correcta. Muy blanda, muy dura, muy húmeda, muy pastosa; aunque siga doscientos procesos de horneado, procesado, amasado, armado, no había caso. Un día decidí rendirme y no cocinar más hamburguesas.
Tampoco encontré comiendo afuera en Asunción la veggie burger de mis sueños. A excepción de Combitos, o me hallaba siempre batallando con un trozo de soja dura como suela de zapato o intentando sostener un mejunje de porotos aplastados entre dos panes.
Así, sin suerte y viviendo de puras ilusiones, me convertí en una viajera promiscua de altamar. Comiendo marinero tras marinero, (en lenguaje Lomilitos es un sándwich o árabe con huevo en vez de carne) encontré como llenar el vacío que me dejó la falta de buenas burgers. Admito que hasta llegué a pedir una Whopper de huevo y doble queso buscando saciar viejos antojos carnívoros.
Pero hoy cambia la historia.
¿Qué hace a esta veggie burger única, increíble e irresistible? El profundo umami de los hongos, el toque de ajo, cebolla y morrones cocinados a punto mermelada, la humedad del trigo, un montón de especias ahumadas y el gluten de trigo que la hace firme y compacta en su justa medida. Literal, un poema.
Aparte, es vegana, no tiene harina ni pan rallado, puede prepararse y congelarse, cocinarse a la parrilla sin desarmarse, y en los malos días, hasta curar un corazoncito vegetariano roto.
No creo en comparar cosas que no se comparan, pero puede competir con una burger de carne cualquier día de la semana, y ganar porque todos sus ingredientes provienen del amor de la tierra y sus frutos mágicos.
Todo lo bueno tiene su proceso, pero prometo se hace más fácil con una prensa para hamburguesas. La que usé en esta receta es de Plaza Hogar. Gracias dioses burgersísticos por devolverme la fe en la vida veggie.
Veggie burger de hongos Imprimir
60 mins
25 mins
Una hora 25 mins
- 500 gramos de hongos (yo usé mitad shitake hidratado y mitad champignones frescos)
- Media taza de trigo burgol
- Una taza de agua hirviendo
- Una cebolla
- Un diente de ajo
- Un locote rojo pequeño
- Una cuchara sopera de aceite de oliva
- Dos cucharas soperas de kétchup
- Una cuchara sopera de mostaza
- Tres cucharas soperas de salsa de soja
- Una cucharita de comino
- Una cuchara sopera de pimentón
- Una taza y media de gluten de trigo
- Poner a hidratar el trigo en el agua hirviendo por media hora.
- Mientras tanto, en una olla, cocinar el ajo, cebolla y locote picados muy finos con un poquito de aceite de oliva. Cocinar a fuego bajo por lo menos 10 minutos con sal hasta que empiecen a caramelizarse y volverse de un tono marroncito. Si se pegan, agregar agua de a cucharitas.
- Colocar los hongos en una procesadora y procesar hasta que queden en trocitos muy pequeños. No procesar tanto que quede como una pasta. A falta de procesadora, los hongos pueden picarse a mano sumamente finos.
- En un bowl colocar el trigo, los hongos, la mezcla de cebollas, la mostaza, kétchup, salsa de soja, comino, pimentón y sal. Mezclar con las manos hasta que todos los ingredientes se unan.
- Por último, agregar el gluten de trigo y mezclar enérgicamente hasta lograr una masa bastante compacta.
- Dividir con las manos y con una prensa armar las hamburguesas. También pueden armarse con las manos sin problema.
- Guardar en la heladera tapadas por lo menos 20 minutos antes de cocinar.
- Para mí se cocinan mejor al horno que a la plancha porque se cocinan más parejo, pero a la parrilla son una bomba sexual. En 15,20 minutos están listas. Disfrutar entre dos panes con queso, cebolla, tomate, pepinillos y lechuga.
