No sé quién me hizo una muñeca vudú, pero le pido encarecidamente que deje de torturarme. No creo en nada, pero a esta altura del campeonato estoy a un pasito de irme a hacer un exorcismo en una de esas iglesias brasileras que gritan todo el tiempo y hacen desmayar a la gente hablando en lenguas.
Una nube negra me persiguió el último mes y de verdad, no doy más. Murió Tuna de manera misteriosa, choqué dos veces (sí, la segunda ya ni conté de la rabia), me lastimé el tobillo en el gimnasio y para coronar, me robaron el celular el viernes en una fiesta. Ayer estuve de cama porque pensaba que si me levantaba seguro algo me pasaba. Esta mañana me bañé en ruda para sacarme la mala onda. No sé si funcionó, pero al menos por fin usé mi planta de ruda para algo más que el Carrulim de agosto.
Lloré como hace mucho no lloraba. Tuve miedo de que las cosas sigan empeorando. Quería dormir hasta que termine el año. Terminé el día acurrucada hecha pelotita, aferrada a Awi que era la único bueno que tenía cerca de mí en ese momento.
Finalmente, dormí y me liberé como para arrancar el día hoy con un poco más de optimismo. Yo no sé estar triste ni enojada mucho tiempo. Me cansa demasiado, pero al menos me dejé estar mal y no me hundí en trabajo para ignorar cómo me sentía.
Así que acá estoy, una vez más, esperando como hippie del nuevo milenio irradiar energía positiva para liberarme de este conjuro maléfico que me echaron encima.
P.D. Estas cookies son el mejor desayuno al paso que vas a conocer en tu vida. A mí al menos me alegraron el día.
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10 mins
12 mins
22 mins
- Una banana
- Un huevo
- Tres cucharas soperas de mantequilla de maní
- ¾ taza de harina de avena
- Una cuchara sopera de semillas de chia
- Una cuchara sopera de semillas de sésamo
- Tres cucharas soperas de hojuelas de maíz sin azúcar
- Una cuchara sopera de nueces o maní picado
- Una cuchara sopera de coco rallado sin azúcar
- Una cuchara sopera de semillas de girasol
- Una cuchara sopera de endulzante líquido
- Pisar la banana en un bol. Agregar el huevo, endulzante y la mantequilla de maní y mezclar hasta integrar.
- Añadir la harina de avena. Seguir mezclando hasta obtener una masa un poco pegajosa.
- Por último, agregar las semillas, nueces, coco y hojuelas de maíz. Mezclar con las manos húmedas para que no se peguen y formar galletitas.
- Cocinar en horno precalentado a 180 grados por aproximadamente 12 minutos hasta que queden doraditas. Dejar enfriar sobre rejilla antes de consumir.
- Conservar en un frasco hermético en un lugar fresco y seco.
