Un pan crocante mojado en aceite de oliva, un huevo poché cocinado a la perfección o unos hongos shimeji apenas saltados con manteca. Desde el lejano este asiático a nuestra mesa, el shimeji es una celebración al minimalismo, a los placeres simples de la vida y al hacer mucho con poco.
Inspirada en un infaltable del menú de Hiroshima y su mini-versión de este delicioso acompañamiento, disfrutar en casa de este plato celestial es el equivalente a tener guardada en la mesita de luz la receta para la juventud eterna.
Muchas veces me encuentro en un mundo de queso cheddar, fritanga apanada y recetas con doscientos mil ingredientes que de tan encimados, terminan teniendo gusto a nada. Desde la gente que no entiende que en Bellini podés repetir ingredientes (no hace falta que le pongas arveja, choclo, bacon, cebolla y pepperoni a tus ñoquis) hasta esas burgers rellenas de queso con queso arriba fritas en queso con papas con queso, comer shimeji es como irte un fin de semana a una casa de campo alejada de todo contacto con el mundo globalizado.
Al cocinar cosas tan simples y con pocos ingredientes, el verdadero secreto es que cada uno de esos ingredientes sea el mejor que tengas disponible. Si hay mucha mezcla y preparación muchas veces economizo, especialmente si son muchas bocas que alimentar.
Pero si al shimeji le ponemos la salsa de soja más barata (esa que es agua negra con sal) y cocinamos con la manteca vieja que sobró en la heladera el resultado reflejará esa . Por hoy, invertí un chiqui extra y que cada ingrediente eleve nuestro plato a la cúspide de la pirámide de los sabores magníficos.
Como acompañamiento a una sopita miso o un arroz blanco al vapor, o solito y sin convidar un solo mordisco a nadie, creo que la felicidad plena tiene que ver con ese momento de dar el primer bocado a algo tan simple, terrenal y maravilloso.
Shimeji Imprimir
5 mins
5 mins
10 mins
- 200 gramos de hongos shimeji
- Dos cucharas soperas de manteca
- 1 cuchara sopera de salsa de soja
- Sal y pimienta
- ½ mazo de cebollita de hoja
- Calentar una sartén al fuego. Agregar la manteca y dejar que se derrita sin llegar a oscurecerse.
- Romper los hongos en pedazos pequeños con las manos. Cocinar en la sartén durante 5 minutos moviéndolos constantemente.
- Agregar salsa de soja, sal y pimienta. Apagar el fuego.
- Decorar con cebollita de hoja.