Ésta, sin lugar a dudas, es la receta más difícil que pasó por mis manos desde que empecé a escribir este blog. Pero no difícil por los ingredientes rebuscados, los pasos confusos o la técnica francesa imposible de replicar en la vida real. Esta maldita receta (leer con voz de novela mexicana) literalmente me costó casi una noche de sueño hace unos meses.
Y con esta receta aprendí más que cómo hacer un delicioso picante de guayaba, por qué usar guantes para manipular ajíes debería figurar entre los diez mandamiento
Después de cortar una considerable cantidad de hermosos ajíes rojos y usar una técnica genial (si hubiese usado guantes) para sacar las semillas, la tarde transcurrió como cualquier otra hasta que aproximadamente a las 9 PM saco unas papas del horno y siento que mis manos se prenden fuego.
¿Me habré quemado cocinando? ¿Habré tocado alguna planta venenosa? ¿Estoy teniendo un brote psicótico? Y ahí se me prende la lamparita.
Los malditos picantes.
Decidí acudir al siempre confiable Dr. Google para remediar este dolor que se tornaba con el pasar de los minutos cada vez más insoportable, como fuego de mil encendedores BIC chamuscándome los dedos.
“Manos enchiladas”. Hasta nombre tenía este ardor de Belbebú. Después de probar cuanto mejunje me sugirió el infalible Yahoo Respuestas termino mi calvario con un recipiente de agua con azúcar, unas hojas de aloe del jardín y el ventilador pegadito a la cama. Con la mano al viento, pegoteada de azúcar y aloe, finalmente logro quedarme dormida.
Al día siguiente la sensación de ardor parecía solo una pesadilla de ayer. Y al probar lo que quedó el picante más tarde esa noche, sentí que venderle el alma (o las manos) al diablo la madrugada anterior valió cada segundo de sufrimiento.
P.D. Si no sabés comer picante, podés aprovechar la época de guayaba cocinando esta pastafrola deliciosa.
Picante de guayaba Imprimir
15 mins
Una hora
1 hora 15 mins
- Ají rojo a gusto
- 12 guayabas maduras
- 500 grs. de azúcar
- Una ramita de canela
- 50 grs. de gelatina sin sabor o agar agar
- Sal y pimienta
- Antes que nada, probar el ají para determinar el nivel de picante que se busca.
- Con guantes (¡!) retirar los cabitos de los ajíes. Cortar en dos y colocar en un recipiente con agua. Con las manos, retirar las semillas y pasar por un colador de pastas. La idea es eliminar la mayor parte de las semillas para que el picante sea un poco más suave.
- Cortar las guayabas en rodajas.
- Licuar los ajíes y las guayabas durante unos minutos con un poquito de agua hasta lograr una mezcla casi homogénea.
- Agregar la mezcla a una olla pequeña con una rama de canela, el azúcar, una cucharita de sal y pimienta.
- Dejar cocinar por una hora a fuego bajo. Retirar y dejar enfríar.
- Hidratar dos cucharadas de agar agar o gelatina sin sabor en 50 cc de agua hirviendo. Agregar a la mezcla al final de la cocción.
- Una vez a temperatura ambiente, guardar en un frasco esterilizado en la heladera.
