No todo lo que brilla tiene cheddar. Pero esta receta es un diamante escondido en un mar de fritanga con marca registrada y envoltorio plástico.
Los gringos son especialistas en crear adefesios monstruosos cargados de cheddar, revueltos en panceta y fritos en grasa. Hamburguesas cuádruples con cascadas de queso derretido, croquetas rellenas, envueltas en bacon, apanadas, envueltas en más bacon y vueltas a apanar son estrellas de una gastronomía con raíces aéreas, que parece que no se termina de entender a sí misma.
Claro que muchos de los mejores cocineros del mundo viven en su “América”, y sus interpretaciones y adaptaciones de tantos platos inmigrantes a lo largo de la historia son verdaderas obras de arte. ¿O no es acaso el burrito un legado digno de preservar en un museo?
Esta receta volvió a mí después de diez años, lo que parece una eternidad cuando miro la foto de esa niña morena y sin arrugas que caraduramente se anotó al Guarará para cocinar decenas de grilled cheese en el 2012.
En aquel momento ni siquiera era vestuarista, no sabía lo que era, pero recuerdo que nos sentamos la noche anterior con Juan en nuestra casa atrás del Banco Central a rallar queso hasta la madrugada, con ansias de cocinar para un montón de desconocidos al día siguiente.
El queso cheddar y el pelo negro quedaron un poco relegados de mi menú actual, pero de vez en cuando, en un día como hoy, no puedo resisitirme a un grilled cheese crocante con aroma a manteca y un maremoto de queso, y solo por un ratito, ser feliz.
Grilled cheese con cebollas caramelizadas a la mostaza Imprimir
10 min
30 mins
30 min
- Dos rebanadas de pan blanco
- Cuatro cucharas de manteca derretida
- Una cucharita de ajo en polvo
- Una cucharita de pimentón
- Dos fetas de queso cheddar
- 50 gr de queso mozarella
- 50 gr de queso sardo rallado
- Una cuchara de aceite de oliva
- Dos cebollas
- Una cuchara de mostaza
- Una cuchara de azúcar blanca
- Una pizca de sal
- Una medida de caña o whisky
- Cortar la cebolla en rodajas finas. Colocar el aceite en una sartén y cocinar las cebollas con la mostaza, azúcar, sal y caña a fuego bajo durante aproximadamente 15 minutos, hasta que queden caramelizadas. Reservar.
- Derretir la manteca en el microondas y mezclar con el ajo en polvo y pimentón.
- Picar o rallar todos los quesos y mezclar bien en un bol.
- Untar ambos panes con la manteca con la ayuda de un pincel de silicona. Colocar la mezcla de quesos y las cebollas y cerrar el sándwich.
- Calentar una sartén y rociar con aceite en spray. Colocar el sándwich y cocinar unos 5 minutos hasta dorar. Dar vuelta y aplastar con una espátula. Tapar la sartén los últimos minutos para asegurar que el queso se derrita bien.
- Disfrutar inmediatamente. El grilled cheese es la receta perfecta para entretener gente; podés hacer esta misma receta en cantidad al horno.