Pensar en postres para niños me remite instantáneamente a esas tortas de cumpleaños de vainilla con chantilly teñido de verde y confites plateados quiebradientes. No pienso en arroz con leche. Pienso en helados Licenciado y Picolé. Pienso en galletitas Ópera y bizcochuelo de naranja Exquisita. No pienso en arroz con leche.
Nunca fui demasiado fanática de lo dulce. De niña ni siquiera me gustaba el chocolate, quizás porque en casa jamás tomamos chocolatada en la merienda. Hice la transición del Nesquik de frutilla directamente al café con leche. Con rosquitas adentro y pan con manteca o paté en los mejores días. Pero el chocolate quedó relegado de mi menú hasta casi los diez años, cuando el helado de chocolate con almendras de Sugar llegó a mi vida, pero bueno, esa es otra historia.
En casa tampoco se cocinaba arroz con leche con frecuencia, entonces recién de grande descubrí su gloria y comprendí por qué a cualquier niño (más si es fanático del arroz en todas sus presentaciones como yo) le encantaría.
Solo necesito pronunciar las palabras mágicas: leche condensada y de pronto me teletransporto a estar mano a mano con una lata con dos agujeritos sentada frente a la tele viendo Magic Kids soñando con el kit de Juliana doctora.
El arroz con leche tiene también algo que nos hace pensar en la abuela, y creo que hay tantas variantes y recetas como abuelas en el mundo. Esta versión nace de un pedido solidario para el Día del Niño de los amigos de Kafa y Búho Producciones, de ahí tanta añoranza y melancolía noventera.
Si buscas un postre fácil, económico y que se hace en cantidad sin muchas vueltas, lo acabas de encontrar. Lo único que requiere, aparte de buenos ingredientes, es quedarse cerca de la cocina pendiente de que el arroz esté en el punto exacto y no se pegue.
Calentito o frío de heladera, merece una maratón de Oye Arnold para disfrutarse como merece. Entre paréntesis, ¡feliz día atrasado, niños de 7, 13, 30 y 60 años!
Arroz con leche Imprimir
10 mins
30 mins
40 mins
- 1 litro de leche entera
- 1 taza de arroz tipo 1
- 1 rama de canela
- 2 clavos de olor
- Ralladura de naranja
- ⅓ taza de azúcar
- Media lata de leche condensada
- 2 cucharas soperas de manteca
- Canela a gusto
- Lavar el arroz bajo la canilla en un colador hasta que el agua salga transparente, de modo a evitar que se pegue excesivamente al cocinar.
- Colocar la rama de canela con el clavo de olor en una olla grande y prender el fuego, dejando que se tuesten por unos minutos.
- Bajar el fuego y agregar la leche, el azúcar y la ralladura de naranja, evitando la parte blanca de la naranja ya que deja un sabor amargo. Revolver y esperar unos minutos hasta que empiece a hervir.
- Una vez que la leche hierve, agregar el arroz con cuidado, revolviendo con una cuchara de madera para evitar que se pegue al fondo de la olla.
- Cocinar durante aproximadamente 20 minutos o hasta que el arroz esté en su punto, sin el centro duro pero tampoco demasiado blando. La clave es revolver constantemente con paciencia.
- Una vez apagado el fuego, agregar la manteca y mezclar hasta que se integre. Luego agregar la leche condensada y dejar reposar hasta enfriar.
- En un primer momento puede parecer que salió muy líquido el arroz, pero irá espesándose cada vez más. Lo ideal es dejar reposar unas horas (de la noche a la mañana aún mejor) hasta lograr esa consistencia cremosa deliciosa.
- Servir espolvoreado con canela. Comer el resto de la leche condensada directo de la lata.