Desde hacer la expedición a Remanso en busca de pescado fresco (lo cual tengo que admitir que para esta receta no hice; recurrí a la conveniencia haragana del súper) hasta premiar la panza con un potente pira caldo del Lido, el surubí es amo y protagonista de nuestro rico legado gastronómico nacional. Hoy homenajeamos a nuestro pez tricolor estrella con unas mini tartas que cachetean al paladar.
El sábado pasado hicimos por segunda vez con unos amigos una fiesta que denominamos Empanadafest (recién esta edición le pusimos nombre). ¿La consigna? Juntarnos en casa como casi todas las semanas con el plus de un menú de empanadas variadas.
Se propusieron gustos, se experimentaron clásicos, se reversionaron oldies y se inventaron rarezas. Al final de la noche, cada uno votó por su sabor empanadístico favorito. Lo que diríamos, en términos simples, una desvergonzada #excusaparamorfar.
Este 2017 probamos una empanada de inspiración mexicana con frijoles y cilantro; una de chorizos toscanos, queso provolone ahumado y locotes asados; otra de queso azul, cebollas caramelizadas, rúcula y nueces, y la ganadora para mí, este híbrido entre chupín de surubí y pira caldo transformado en empanada abierta, conocido coloquialmente hacia estos valles como una tartita.
La razón de mi voto carece de lógica y está ligada más que nada a lo emocional. Esta tarta de surubí está impregnada de esa sensación indescriptible cuando la comida parece abrazar la panza. En inglés se le conoce como comfort food. Ese sentimiento, una mezcla de nostalgia y calor hogareño, donde generalmente las calorías, las grasas y los carbohidratos son los protagonistas, se disfruta desde el primer hasta el último bocado de estos tentempiés enviados del cielo .
Bueno, en realidad enviados del agua. ¡Gracias Madre/Padre/Jefe/Señora/Lord Naturaleza por este regalo!
Mini tartas de surubí Imprimir
10 mins
50 mins
Una hora
- Doce tapas de empanada
- 300 grs. de surubí
- Dos cucharadas de aceite de oliva
- Una cebolla
- Un diente de ajo
- Un locote rojo
- Una zanahoria mediana
- Una cucharita de harina común
- Una cuchara sopera de pasta de tomates
- Una cuchara sopera de orégano
- 150 ml de vino blanco
- 200 ml de crema de leche
- 12 tomates cherry
- 1 huevo
- Perejil para decorar
- Calentar dos cucharadas soperas de aceite de oliva en un wok. Agregar la cebolla y el ajo picado bien fino. Salpimentar. Cocinar durante 5 minutos
- Añadir el locote cortado en cubos y la zanahoria en rodajas muy finas (mejor si están cortadas con mandolina).
- Cocinar durante 5 minutos más, hasta que empiecen a ablandarse las verduras. Agregar una cucharita de harina y mezclar bien. Luego, sumar la pasta de tomate y el vino y volver a dejar cocinar por 10/15 minutos hasta que la zanahoria esté casi blanda y el líquido haya reducido hasta la mitad.
- Limpiar el surubí retirando la piel y las espinas cuidadosamente. Cortar en cubos e introducir al wok revolviendo con una cuchara. Dejar cocinar durante 5 minutos.
- Por último, añadir la crema de leche y orégano. Mezclar y cocinar por 5 minutos más. Dejar reposar hasta que se enfríe.
- Precalentar el horno a 180 grados. Usando moldes de silicona o metal, armar pequeñas tartas con las tapas de empanadas. Rellenar con la mezcla de surubí.
- Decorar cada tartita con un tomate cherry cortado a la mitad y pintar la masa con una yema de huevo batida para dar color.
- Introducir al horno por 20 minutos o hasta que los bordes estén dorados. Dejar enfríar por lo menos 10 minutos antes de servir. Decorar con perejil fresco.