Sunomono, arroz al vapor y sopa miso. Nada mejor en esta corta vida terrenal. Lastimosamente de japonesa no tengo ni la jota, pero si existe una gastronomía milenariamente fresca y de sabor sensacional es la del país del sol naciente.
En realidad, la palabra sunomono puede referirse a cualquier vegetal o pescado encurtido en vinagre, pero en la mayoría de los restaurantes japoneses que conozco en Asunción (Sukiyaki tu papá) se refiere a una ensalada fresca de pepinos servida en un pequeño bowl como compañero fiel del menú principal.
El tiempo de elaboración de este plato es ridículamente corto, y no se ha inventado mejor arma para prepararlo que la mandolina. Al menos en mis manos inexpertas, cortar láminas milimétricas casi transparentes de pepino resulta una tarea espinosa.
¿Se puede probar esta receta sin usar mandolina? Se puede. ¿Vas a tardar menos que lo que toma nombrar a las Sailor Moon originales? Difícilmente. Una buena mandolina como ésta es un autoregalo que tu Jiro Ono interior te agradecerá para siempre.
Eso sí, mucho, mucho cuidado con la mandolina. Mejor no les cuento la cantidad de veces que mi cocina terminó pareciendo una escena de película gore tras un movimiento descuidado.
Templanza de Miyagi, amigos. ボナペティ!
Sunomono Imprimir
10 mins
10 mins
- 3 pepinos medianos, finos y sin muchas semillas
- 4 palitos de surimi (kanikama)
- 1 hoja de alga nori (o un puñado de otra alga)
- 2 cucharas soperas de semillas de sésamo
- 1 cuchara sopera de vinagre de arroz
- 1 cuchara sopera de salsa de soja
- 1 cucharita de azúcar blanca
- 1 cucharita de sal
- Lavar y cortar los pepinos en láminas muy finas con una mandolina o un cuchillo bien afilado.
- En un bowl, mezclar vinagre, salsa de soja, azúcar y sal.
- Cortar el alga en tiras finas y el kanikama en láminas. Agregar al bowl, seguido por el pepino y las semillas de sésamo.
- Mezclar bien. Servir inmediatamente para disfrutar de su textura crocante o guardar en la heladera tapado hasta el momento de servir