Temo el día que Awi vaya a la guardería y se enfrente a una tropa de niños armados con jugos concentrados en cartón y galletitas 100% azúcar. Temo no ser lo suficientemente fuerte para enfrentarme a un sistema que enchufa alimentos súper-procesados a diestra a siniestra. Temo a la publicidad, a la industria, a la escuela, a las mamás. Esta receta de mini tartitas arcoíris nace desde el miedo, pero busca iluminar con su gran sabor un mundo lleno de plástico y conservantes.
Antes que nada, quiero aclarar que mi intención no es ofender ni criticar las decisiones que cada uno toma como padre (por conveniencia, ignorancia, falta de tiempo o la razón que fuere) pero me encantaría influir y ayudar a criar niños más sanos, con menos obesidad, diabetes, caries y relaciones conflictivas con la comida.
Que esté normalizado comer mal me molesta profundamente. Quizás soy una nazi del azúcar y debería bajar un cambio, y probablemente la realidad me pegue fuerte en la cara una vez que Awi empiece a comer fuera de casa. Me enoja igual pensar que porque voy contracorriente, el problema debo tenerlo yo.
¿Qué clase de merienda cotidiana es un paquete de cuatro galletitas azucaradas y una cajita de agua con azúcar y colorante? Y más aún, ¿cómo permitimos que la cosa llegue hasta acá? ¿Cómo nos convencieron que el jugo en cartón era saludable, no una simple Coca-Cola sin gas?
Que las marcas se abanderen de ser saludables por tener fotos de fruta en el packaging, desinformando y inmiscuyéndose en las escuelas a proponer menúes me asusta. Ni qué decir los médicos que recetan juguitos y cereales fortificados. Niños que no saben distinguir las frutas. Que viven para el Mc Donald’s y las papas fritas de bolsa.
Tengo miedo. No sé si puedo yo sola contra todos ellos.
¿Cómo le enseño a Awi lo que está bien y mal? ¿Será que está destinada a ser la niña de la merienda wakala? ¿La freak que lleva el sandwichito y el jugo natural que nadie quiere ni probar? ¿Seré la madre a la que llama la atención la profesora porque mi hija no quiere comer su merienda, tentada por todo lo demás? ¿La extremista odiada por las otras madres? ¿O sucumbiré también yo al status quo de la industria alimentaria, los tiempos apurados y la desinformación reinante?
Todas mis respuestas empiezan y terminan en no sé. Quizás estoy exagerando. Por suerte falta todavía un chiqui.
Mini tartitas de brócoli y cheddar, pizza y choclo y zanahorias Imprimir
30 mins
20 mins
50 mins
- Media taza de avena extrafina
- Media taza de harina integral
- Media taza de harina común
- Un huevos
- Dos cucharadas de aceite de oliva
- Una cuchara sopera de sésamo
- Una cuchara sopera de chía
- Una cuchara sopera de semillas de lino
- Sal
- ¼ de taza de agua aproximadamente
- Una taza de brócoli cocido
- Dos fetas de queso cheddar
- Una cuchara sopera de queso crema light
- Un huevo
- Un tomate
- Media cebolla
- Un diente de ajo
- Una cuchara de queso crema light
- 50 grs. de queso descremado
- Un huevo
- Orégano a gusto
- Una zanahoria pequeña rallada
- Media lata de choclo
- 50 grs. de queso descremado
- Una cuchara de queso crema light
- Una cucharita de pimentón dulce
- Pimienta recién molida
- Mezclar en un bowl la harina común con la avena, la harina integral, sal y semillas. Hacer un hueco en el medio y agregar el huevo y el aceite y empezar a unir con las manos. Ir agregando el agua de a poco hasta formar una masa suave.
- Amasar tres minutos y luego guardar en la heladera por 20 minutos como mínimo. Disponer de tres bowls para cada preparación de relleno. Para la primera tartita, picar el brócoli cocinado bien fino. Agregar el queso cheddar cortado en cuadritos y mezclar con el huevo y el queso crema. Salpimentar.
- Para la segunda tartita, picar el tomate, la cebolla y el ajo bien fino. Mezclar en el bowl con el queso desmenuzado, queso crema, huevo y orégano. Salpimentar.
- Para la última, mezclar la zanahoria rallada bien fina con el choclo y cocinar en una sartén por cinco minutos con un poco de pimentón dulce. Agregar el queso crema, queso descremado y huevo
- Una vez listo el relleno, cortar la masa y estirar en el molde usando las manos mojadas. Rellenar cada tarta y llevar al horno por 20 minutos aproximadamente, o hasta que empiecen a dorarse levemente.
- Pueden congelarse para hacer en el momento. Si sobra relleno, puede convertirse en un gran soufflé de queso y verduras.
Tip: La cebolla puede cocinarse previamente para que se achique y se sienta menos la textura.