Tengo recuerdos vívidos del agua negra azucarada que salía de la máquina de café sexagenaria de la aglomerada cantina de la facultad. Ese vasito de plástico cargado hasta el borde, con el cual debías hacer malabarismo para no caerte y empapar al de al lado con el líquido turbio temperatura lava.
Ahora, si de algo no me olvido es del alfajor de maicena. Decepcionantemente grande, de esos que te hacen toser al morder porque están hechos de un polvillo lacrimógeno que se te pega a la garganta.
El dulce de leche no era protagonista y en proporción a tanta masa prácticamente era inexistente, pero cuando no había torta marmolada, era el comodín de las tardes. Tosiendo entre bocado y bocado, mojando los labios con el agua negra con olor a café, ese alfajor me acompañó cuatro años de mi vida, mientras sobrevivía las tediosas clases de Misterio Cristiano y Ética Personal.
También en la facultad aprendí a tomar mate, siempre acompañado de galletitas agridulces Nueve de Oro. Y en días menos prósperos, juntaba monedas del auto para comprar pororó y cigarrillo en suelto del vendedor de enfrente. Economía de estudiante.
Los viernes teníamos la materia Introducción a la Radio en el Seminario Metropolitano, la excusa perfecta para escabullirnos a bajarle un shawarma de Monte Líbano de Brasilia, volviendo minutos antes de que termine la clase con olor a lomitero y mayonesa de ajo.
La locución y la radiofonía nunca fueron mis mejores amigas, pero ese monstruoso lomito árabe húmedo con mucho repollo hasta hoy es de los mejores recuerdos de la época.
Nunca había cocinado alfajores de maicena. Y nunca van a ser mis favoritos en una bandeja de masitas, ni por más chuchi que sea la confitería. Pero esta versión sin gluten es facilísima y prometo que no te hace toser ni necesitas un litro de café para que pase.
P.D. Este post fue creado en conjunto con Maizena Paraguay 🙂
Mini alfajores de maicena Imprimir
30 mins
10 mins
40 mins
- Dos tazas de Maizena
- Media taza de azúcar
- Dos huevos
- 50 gr de manteca a temperatura ambiente
- Una cucharita de polvo de hornear
- Una cucharita de esencia de vainilla
- 100 gr de dulce de leche repostero
- 100 gr de coco rallado
- Batir el azúcar y la manteca en un bowl hasta que se integren. Puede hacerse con batidora eléctrica o a mano sin problema.
- Agregar los huevos y seguir batiendo hasta obtener una mezcla homogénea.
- Añadir la esencia de vainilla y polvo de hornear y mezclar bien.
- Tamizar la Maizena de a poco, mezclando con una espátula con movimientos envolventes, sin batir demasiado. Una vez agregada toda la Maizena, integrar del todo usando las manos.
- Reservar la masa durante media hora en la heladera antes de estirar.
- Mientras tanto, colocar el coco rallado en una sartén y tostar a fuego bajo hasta que apenas empiece a tomar color; esto resalta el sabor del coco.
- Retirar la masa de la heladera y estirar con un palo de amasar. Con un cortante de galletitas redondo, cortar las tapas de alfajores y colocar sobre una plancha de silicona o asadera enmantecada y enharinada.
- Precalentar el horno a 180 grados. Cocinar las tapas de alfajor durante 7 a 9 minutos, hasta que se endurezcan pero sin que lleguen a dorarse.
- Una vez frías las tapas, armar los alfajores rellenando con una cuchara de dulce de leche y pasando por coco rallado.
