Cuando alquilábamos todos los fines de semana películas VHS, allá a mediados de los noventas, miraba con envidia como los niños americanos desayunaban torres de esponjosos panqueques embebidos en sirope caliente.
No se borra de mi mente la escena de desayuno de Matilda. Desde siempre soñé con tener poderes, con hablar con los animales, con ser una bruja como Sabrina, pero también con esos desayunos americanos llenos de huevos, jugo de naranja recién exprimido y panqueques suaves como una nube.
En casa comíamos pan trincha con manteca, un ocasional dulce de guayaba o paté, y de más grande, bols y bols de cereales con leche. No imaginaba que existía la posibilidad de comer panqueques en Paraguay. Siempre creí que era cosa de las películas, como tener teléfono en la habitación o un club en la casa del árbol.
Desde un poco antes de que nazca Awi, los panqueques de banana me acompañan por lo menos tres veces por semana. En el caso de mi niña rulosa, todos, pero todos los días desayuna un señor panqueque; cortado en pedacitos, calentito y recién salido de la sartén.
No es difícil de hacer. No lleva mucho tiempo. Se pueden hacer para varios días y calentar según necesidad. Pueden comerse con semillas, con frutas, con miel y hasta con dulce de leche. Creo que se entiende la idea.
Amo, amo, A-M-O los panqueques. Para empezar el día y para empezar un año más de Mi Corazón de Arroz, nada más perfecto.
Banana pancakes Imprimir
5 min
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10 mins
- Una banana bien madura
- Un huevo
- Cuatro cucharas soperas de avena
- Una cucharita de stevia
- Una cucharita de canela (opcional)
- Licuar la banana con el huevo, la avena, stevia y canela hasta obtener una mezla homogénea. La banana mientras más madura, más rica y dulce.
- Colocar aceite en spray en una sartén de teflón. Volcar la mitad de la mezcla en la sartén y cocinar a fuego bajo hasta ver muchas burbujas en la superficie del panqueque.
- Dar vuelta con cuidado usando una espátula húmeda y cocinar uno o dos minutos más. Servir con frutas, semillas, miel o lo que más te guste.