Nunca usé el blog como espacio para guardar stories de Instagram, pero como no quiero que se pierda esta belleza cuando nos aburramos de Zuckerberg y pasemos a la próxima red social, dejo esto por acá, con algunos tips extra para volverte un experto armando tablas de quesos. ¡Feliz segunda cuarentena!
1. Antes de empezar, preparar la tabla, todos los ingredientes, quesos, frutos secos, frutas, y todo lo que vas a necesitar a mano. Es mucho más fácil armar y ponerse creativo cuando los elementos están a la vista.
2. Si seguís inseguro sobre qué quesos comprar, anda al sector de quesos del supermercado y fíjate en la variedad de texturas y colores. Yo creo que tres quesos es una base sólida para una tabla para dos; aunque cinco es el número mágico. Si te sobran quesos, podes congelar para una futura picada, o preparar una deliciosa salsa cuatro quesos para las pastas del domingo.
3. Lo mejor de comer una tabla de quesos es ir mezclando sus elementos y lograr combinaciones agridulces, saladas, picantonas, etc. No hace falta gastar el aguinaldo en nueces, pero sí tener en cuenta que es elemental tener algo crocante y algo dulce, un día puede ser solo maní y uvas pasas, otro podes irte todo y tener todos los frutos secos del universo.
4. Las mermeladas y salsitas (y la miel) no me parecían elementales hasta que probé una tabla con salsitas. Podes usar cualquier mermelada, pero está bueno crear contrastes entre mermeladas muy dulces (como de frutilla, frutos rojos o guayaba) y otras más agrias (de naranja, pomelo, etc.). También podes contrastar usando miel de abeja y miel negra.
5. Meter un pedazo de queso gruyere con una almendra, un poco de miel y una uva a la boca es una explosión de sabor que solo me recuerda a Ratatouille. Incluso unas rodajas de manzana o naranja pueden hacer la diferencia. Y el romero, bueno, no es obligatorio, pero le da ese toque de “wow, esta tabla tiene mucha, mucha clase”.
6. Acá volvemos a los contrastes elementales en una tabla, infaltables. Las aceitunas con carozo generalmente son más sabrosas que las que vienen descarozadas, aunque hoy en día hay gran variedad de interesantes sabores de aceitunas rellenas. Dos encurtidos distintos es el mínimo para una tabla pequeña.
7. Podés irte de lo artesanal a lo comercial e industrial, o quedarte por el medio. Unas tostadas hechas en casa siempre suman puntos y no guaraníes gastados. Por lo menos dos tipos de panificados completan la tabla, y todo lo que sobre, podes procesar y usar como pan rallado para las milanesas del sábado.
8. No cortar todo en cuadraditos ni dejar todo entero. Variedad, variedad, variedad. Si vas a dejar quesos enteros, asegúrate de llevar a la mesa utensilios para cortar y untar. Tampoco de olvides del vino.
9. ¿Qué jamones y embutidos usar? Jamón crudo (admito que no me gustan los cubos de jamón cocido), lomo ahumado, bondiola ahumada, variedades de salamines (más gruesos y finos, picantes y dulzones), etc. Yo calculo generalmente la mitad de embutidos que de quesos más o menos; para cinco quesos, dos o tres embutidos, pero esa regla inventé yo.
10. Para armar la tabla, ir de lo grande a lo pequeño, de lo protagónico a lo acompañante. Empezar colocando los quesos en las puntas y centro de la tabla, alejando los que son de la misma forma. Rellenar con jamones, salsitas y frutas, la idea es que no quede ningún espacio en blanco, y lo que quede en blanco, sea rellenado con frutos secos.
Es súper fácil de preparar y aunque los quesos sean caros, siempre es más barato hacer vos mismo que comprar hecho. Aparte, en las tablas compradas siempre tacañean con los quesos ricos y frutos secos y te llenan de queso dambo, maní y jamón cocido.
Ahora les dejo, las fotos del resultado final.
Cualquier duda o consulta, a las órdenes. Un mail ya era el posteo. Chau.