Cocinar chipa vegana no es romper tradiciones, matar la cultura ni quemar la biblia culinaria. Es incluir y hacer parte al que por necesidad o convicción se ve forzosamente apartado de la gastronomía que nos identifica con el pedazo de tierra que habitamos. Sin Queso Paraguay, grasa ni leche animal, sigue siendo chipa. Y muy rica entre paréntesis.
¿O acaso siempre tuvimos chipa piru? ¿Chipa so’o? ¿O chipa cuatro quesos?
Pongo mi mano en el fuego que la chipa cuatro quesos es un invento comercial del siglo XXI, pero no le veo a nadie llorando por el quebrado legado ancestral. No escucho a nadie decir que la chipa cuatro quesos no es chipa. ¿Acaso no es parte de la evolución natural ir moldeando, ajustando e innovando las recetas que pasaron de generación en generación? ¿No es así como se enriquece la gastronomía?
¿Sabe igual a la chipa tradicional? No, y tampoco es mi intención. Esta chipa toma como base el almidón para convertirse en un bocadito crocante, perfecto compañero del cocido, con un sabor primo segundo de la chipa que conocemos y una textura interior casi de pan de queso brasilero. Además, libre de crueldades y apto para todo tipo de intolerancias; desde el gluten, la proteína de leche de vaca y los huevos.
Mentiría si digo que me gusta más que la chipa tradicional. Pero no miento al decir que vale la pena probar, aunque sea para sacarse unos prejuicios de encima.
P.D. Acá mientras tanto, iniciando la segunda cuarentena. Con miedos distintos a la primera, sin ganas de hablar con nadie ni tomar alcohol, y ocupando la cabeza en cualquier cosa para no pensar hasta cuándo vamos a estar encerrados de nuevo.
No puedo ni escribir sobre esto porque decidí bloquear nomás ciertos pensamientos en pos de la supervivencia de los seres que me rodean. Así que, en negación absoluta mientras pueda, pasaré esta Semana Santa cocinando, viendo películas y arreglando mi casa. Agradecida por estar acá y no internada.
Chipa vegana Imprimir
10 mins
20 mins
30 mins
- Una taza y media de mandioca hervida y hecha puré
- Dos cucharas de aceite de coco (o margarina)
- Una cuchara sopera de sal
- ¼ de taza de levadura nutricional
- Una cucharita de anís
- Una cucharita de cúrcuma (opcional)
- Media taza de leche vegetal
- Una taza y media de almidón de maíz
- Una cucharita de esencia artificial de queso (opcional)
- Después de hervir y pisar la mandioca hasta que quede un puré liso, colocar en un bol y mezclar con el aceite, sal, levadura nutricional, anís, cúrcuma y esencia de queso.
- Agregar la leche vegetal y mezclar hasta integrar del todo. Por último, añadir el almidón y amasar hasta que la masa no se pegue en las manos. Agregar más almidón si fuese necesario.
- Refrigerar la masa unos 10 minutos. Mientras tanto precalentar el horno a 180 grados. Formar bolitas pequeñas y hornear en una placa aceitada durante 20 minutos o hasta que se doren.
- Consumir inmediatamente o recalentar en el horno para disfrutar al máximo.