Sopa paraguaya

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Encontrar por la calle una sopa paraguaya que valga la pena no es hazaña fácil. Densas como brownie o desabridas que te hacen toser de lo secas, normalmente pido chipa guasu para evitar decepcionarme.

Al momento de cocinar me pasa algo similar. La chipa se hace en un ratito, en la licuadora, es tan fácil que ni siquiera tengo que mirar la receta. La sopa, por el contrario, exige otro nivel de atención, de mezclar las cantidades justas y de lavar posteriormente el triple de recipientes.

Pero el resultado, esa sopa calentita de bordes crocantes y aireado esplendor, vale cada minuto invertido. Una chipa guasu en todo su esplendor, jamás podrá ser una sopa paraguaya.

Desde que existe la sopa paraguaya congelada, casi nunca la hago desde cero en casa. Igual, no es sopa de verdad. Aprecio, me encanta, jamás rechazaría una porción, pero simplemente no es igual. Y el precio, obviamente, es ampliamente superior que si cocinase una sopa casera desde cero.

Esta receta de sopa paraguaya no falla. Es la única que cocino, cocino y cocino y sale bien todas las veces. Muchas veces el blog es mucha experimentación, yo mismo voy corrigiendo y mejorando mis recetas con el tiempo. Esta sopa no. Esta sopa es perfecta.

Nadie quiere pasarse horas en la cocina, ni yo. Pero prometo que esta sopa, aunque tiene su proceso y sus tiempos, vale la pena cada minuto. Aunque sea para de vez en cuando.

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Tiempo de preparación
40 mins
Tiempo de cocción
45 mins
Tiempo total
Una hora y media
Precio: $$
Dificultad: Medio
Porciones: Una fuente grande
Ingredientes:
  • 500 gr de harina de maíz
  • 500 ml de leche entera
  • 5 huevos
  • 400 gr de Queso Paraguay
  • 200 gr de manteca
  • Una cebolla grande
¿Qué hago?
  1. Cortar la cebolla en cubitos pequeños. Cocinar con la manteca a fuego bajo en una olla pequeña sin dorar, sólo hasta que la cebolla se vuelva transparente. Dejar reposar hasta que se enfríe.
  2. Separar las claras de las yemas. Reservar.
  3. Colocar la harina de maíz en un bol grande y agregar la sal. Añadir de a poco la leche, mezclando bien para que la harina se vaya hidratando.
  4. Agregar las yemas y mezclar.
  5. Por último, introducir la cebolla con manteca y el queso desmenuzado.
  6. Batir las claras en batidora eléctrica a punto nieve, o a mano, hasta donde te de el brazo. Agregar en tres tandas a la mezcla, mezclando con cuidado y de manera envolvente para que no baje. Esto es lo que hace que la sopa quede aireada y liviana.

Precalentar el horno a 180 grados. Colocar la mezcla de sopa en un recipiente para horno (a mí me gusta usar de vidrio para ver cómo se va dorando) y cocinar aproximadamente 45 minutos o hasta que esté dorada por arriba y por debajo.

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