Son las 6:10 y el sol, aunque ya afuera, todavía se esconde entre las nubes de la mañana otoñal. Salgo caminando, sin más música que el apresurado pasar de los primeros ómnibus sobre Mariscal López y una radio AM que suena a lo lejos.
Paso frente a la primera chipería, que sigue cerrada, aunque los aromas que se escapan bajo la rendija de la puerta indican que ya están trabajando adentro. El olor a yerba quemada a las brasas y queso Paraguay derretido hacen un baile hasta mis fosas nasales y me invitan a quedarme. Pero sigo.
La segunda chipera se sienta con el canasto humeante reposado a su costado leyendo el diario frente al edificio de la esquina. Autos paran, llevan la mercancía y continúan su trajín hasta el trabajo. El tercer chipero, dos cuadras más adelante, tiene una mesita y un pequeño mostrador. Nunca vi a nadie comprando esa chipa. Tampoco olí nunca esa chipa.
Un poco más adelante, un pequeño kiosko de chapa se erige frente mismo a las Fuerzas Armadas. Aun con el tapabocas puesto, el aroma de las empanadas recién fritas y algo dulce frito, que no logro distinguir si son churros, bollos o pireca de empanada frita con azúcar por encima, impregnan el ambiente.
A veces es demasiado intenso el olor para esas horas de la mañana, pero, aunque cruce la calle y camine en sentido contrario, el olor ceremonial a empanadas de copetín se apodera de esa calle que sigue dormida a las 6:20. Sigo caminando. Faltan unas cinco cuadras.
Olor a pasto recién cortado. Olor a cloaca. Olor a caño de escape. Olor al perfume del hombre demasiado perfumado. Olor a jazmines recién florecidos que se aplastan bajo mis pisadas. Olor a pan recién horneado. Olor a que quiere llover hoy. Olor a remera sudada.
Llegué al gimnasio.
Brownies de zapallo Imprimir
10 mins
15 mins
25 mins
- Una taza de puré de zapallo (sin sal)
- ¼ de taza de cacao sin azúcar
- Una cuchara sopera de endulzante líquido
- Tres cucharas soperas de proteína en polvo (yo usé proteína de almendras de Bob’s Red Mill)
- Una taza de mantequilla de maní (o de almendras)
- Licuar el puré hasta que no queden trozos grandes. Agregar el cacao, endulzante, mantequilla de maní y proteína en polvo y volver a licuar hasta obtener una mezcla uniforme. También puede hacerse a mano mezclando hasta integrar bien todos los ingredientes.
- Colocar en moldes para muffins y hornear aproximadamente 15 minutos o hasta que al introducir un escarbadientes al medio del brownie, éste salga limpio.
- Esperar a que se enfríen para desmoldar. Se puede agregarle más nueces, nibs de cacao o chips de chocolate sin azúcar.