¿Hasta dónde escribir acá es un simple ejercicio de redacción, un registro de mi casi monótona vida privilegiada asuncena o un medio personal de expresión terapéutica donde la pereza últimamente le gana la batalla a enfrentar verdaderos sentimientos?
Acá no hay anunciantes, dinero, likes ni aplausos. Acá pienso que algún día voy a publicar un libro, pero a la vez pienso que no escribo nada decente hace meses. Que hablo sola sobre Awi que aprendió a nadar sin alitas, la guerra que siempre hubo pero que ahora nos afecta porque las víctimas son blancos europeos, o algún relato melancólico sobre una comida que solo yo probé en la vida real.
“Tenés que monetizar tu blog”. ¿Pero, quiero que debajo de mi historia de vida, mi diario personal, Google venda al mejor postor un producto que seguramente jamás consumiría por algunos centavos por click? ¿Quiero vender lo único que me queda para mí misma, aunque en realidad está en Internet, así que nunca fue realmente mío?
Este espacio es mi lugar privado y personal, pero a la vez un vómito de palabras que llega a la casilla de correo de unos cuantos extraños que me conocen mucho más de lo que yo quiero pensar, o que vienen buscando una receta de hummus y scrollean rápido para no perder el tiempo con un cuento repetido redactado con palabras rebuscadas.
Hace poco una compañera de colegio me contó que estaba suscripta al blog. Me invadió una sensación de vergüenza, hasta como que encontró mi diario bajo la cama y se puso a leer. A veces me da miedo que mi mamá me lea. Otras veces, pienso que me conocería mucho más si supiese todas estas cosas sobre mí.
A veces escribo sin miedo, porque éste es mi lugar seguro. La mayoría del tiempo, pienso que pierdo el tiempo, porque acá no hay dinero ni satisfacción instantánea, suele ser más frustrante que gratificante enfrentarme a mí misma, o peor, leerme después de meses y hundirme en vergüenza ajena.
Igual, por costumbre o por terror a fracasar en mi única constante hace años, sigo acá luchando una batalla perdida. No borro este post solo porque me duele perder la hora que estuve sentada frente a la computadora.
Me encantaría escribir otra cosa hoy, pero como cuando querés entregar rápido nomás la tarea, me salió esto. Depende del profesor, estaría aplazada o pasaría con un 3 sin pena ni gloria.
Hummus de remolacha y poroto manteca Imprimir
5 min
5 min
- Una remolacha hervida
- Media taza de poroto manteca hervido
- Un diente de ajo
- Una cuchara de mostaza Natura
- Un puñito de nueces mariposa
- Unas hojas de menta
- Un poco de perejil
- 50 ml de aceite de oliva
- Sal y pimienta
- Toppings: Semillas de sésamo, girasol, calabaza, perejil picado y aceite de oliva
- Licuar todos los ingredientes hasta obtener una mezcla cremosa y homogénea. SI es necesario, agregar un poquito de agua.
- Servir en un bol con los toppings por encima. Disfrutar con galletitas, nachos, dentro de un sándwich o como aderezo de ensalada.
- Almacenar en un frasco de vidrio en la heladera entre 3-5 días aproximadamente.