Hoy lloré después de un montón; de esos llantos con lágrimas que explotan de los ojos como animé, con la cara prendida fuego, colorada como un tomate, con la voz quebrada y el pecho con un yunque de 200 kilos apretándome la yugular.
No pasó nada grave, me indigné con una comisaria maleducada en Identificaciones y exploté. Sin tapujos ni vergüenza, con lagrimones desparramándose por mis cachetes pisoteé de vuelta hasta el auto donde recién dimensioné la manera en que perdí el control.
Antes lloraba todo el tiempo. Película triste, película feliz; mi reserva lagrimal siempre estaba llena, lista para descargarse ante la más mínima conmoción. No sé si lloré tanto embarazada y en los primeros meses de Awi que perdí el poder. Capaz lloré tanto que hay una sequía imposible de solucionar en mi mar emocional.
Y es involuntario. Cuando siento ese picor de agua salada sentimental aproximándose al lagrimal, se activa en mi cuerpo un protocolo anti-llanto automático que detiene por completo cualquier intención de llorar. A veces escucho música triste para ver si logro tocar algún botón y descargar el maremoto de sentimientos a través de ese líquido vital poderoso. Nada.
La sensación de respirar hondo y ver todo un poco más claro después de llorar es reconfortante, y la extraño. Hoy, aunque haya sido por una boludez, me hizo muy bien.
P.D. Por fin cociné fugazza para el blog. Para que no digan que no hago caso a lo que me piden.
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20 min
35 min
55 min
- Dos tapas de tarta
- 5 huevos (más uno para pintar)
- 4 tomates
- Dos cebollas
- Una cucharita de aceite
- Seis salchichas de soja (o 200 gr de jamón cocido)
- Dos cucharas soperas de orégano
- 250 gr de queso (puede ser mozarela o por-salut)
- 100 gr de aceitunas verdes
- Sal y pimienta
- Una cucharita de azúcar
- Poner a hervir los huevos aproximadamente 10 minutos hasta que estén duros. Pelar y reservar.
- Picar las salchichas (o el jamón) y las cebollas. Cocinar en una sartén con un poco de aceite, sal y orégano hasta ablandar. Reservar.
- Cortar los tomates y los huevos en rodajas finas. Rallar o picar el queso.
- Aceitar un molde para tarta (mejor si es un poco alto). Colocar una de las tapas de tarta y estirar hasta que llegue a los bordes.
- Colocar en este orden en capas; mezcla de salchicha y cebolla, huevo, tomate, queso, aceitunas. Salpimentar y condimentar con un poco más de orégano. Repetir las capaz hasta llegar al tope del molde.
- Cubrir con la segunda capa de masa. Repulgar y pintar con huevo batido y espolvorear un poco de azúcar por encima.
- Cocinar en horno precalentado a 180 grados por aproximadamente 25 minutos o hasta que quede bien dorado. Retirar del horno y dejar descansar por lo menos 10 minutos antes de cortar para que se asiente.