Las cosas que se guardan para la visita; el juego de platos de la abuela cubierto de polvo, las copas de cristal, la vajilla que sale a saludar en Navidad y se esconde en un cajón los 364 días restantes del año. Yo no quiero seguir esperando a la visita. No quiero más esperar sentada a que el día sea especial.
A veces siento que esperamos demasiado tiempo para disfrutar las cosas, como guardándonos para el “algún día” o una visita que nunca llega.
Tuve copas que estuvieron años guardadas en caja esperando a algún invitado de honor; por suerte terminé usándolas cada vez que venían mis amigos de siempre, aunque eso haya significado que la mitad termine rota. Podían durarme para siempre, ¿pero de qué sirve que duren para siempre si nunca se usan?
No sé por qué esta ensalada me hizo pensar en esto; no será ceremoniosa, refinada ni demasiado elegante, pero festeja el vivir el ahora y celebrar que estamos acá hoy, sentados en la mesa de siempre, con las personas más especiales, disfrutando la fiesta de sobrevivir un día más en este planeta.
Ensalada de lentejas Imprimir
20 min
20 min
- Dos tazas de lentejas hervidas
- Media cebolla morada
- Una zanahoria rallada
- Una taza de tomatitos
- 1/4 de taza de aceitunas picadas
- Un mazo de perejil
- Cuatro cucharas de aceite
- Una cuchara de sal
- Una cuchara de orégano
- Una cucharita de pimentón
- Jugo de un limón
- Un diente de ajo picado
- Una cuchara sopera de mostaza
- Dos cucharas de semillas de sésamo
- Opcional: Dos huevos
- Mezclar en un bol las lentejas, zanahoria, tomatitos, aceitunas y perejil.
- En un frasco o tupper, combinar aceite, sal, orégano, pimentón, limón, ajo y mostaza. Agitar bien hasta combinar y agregar a la ensalada.
- Agregar semillas de sésamo, y si querés, dos huevos duros picados. Mezclar bien. Refrigerar antes de servir.