La manteca que se derrite sobre el pan calentito y crocante; la yema de huevo que explota como catarata sobre la tostada, el jugo recién exprimido, el aroma del café caliente, la tostada francesa nube bañada en miel; a veces en sueños ya empiezo a pensar sobre lo que quiero desayunar al día siguiente.
No sé si será la comida más importante del día, pero así como amo las mañanas, amo mucho desayunar.
De niña mi comida favorita eran los cereales con leche. Podía comerme cuatro platos al hilo, aunque eso significase un lindo dolor de panza después. Hoy, los cereales fueron suplantados por el arroz kesu en mi ranking, pero la mañana sigue siendo mi momento favorito para comer.
Con el paladar limpio, el estómago vacío y el hambre intacta, esos días donde tengo tiempo de sentarme a comer y mirar el vacío en silencio, disfrutando cada bocado de lo que sea se me antoje desayunar; esos días, soy feliz un ratito.
Tostadas francesas Imprimir
5 min
10 min
20 min
- Un huevo
- 1/3 de taza de leche
- Una cucharita de esencia de vainilla
- Una cucharita de canela
- Dos cucharitas de azúcar
- Dos rodajas de pan
- Dos cucharas de manteca
- Un puñado de frutos rojos congelados
- Una cucharita de azúcar
- Jugo de un limón
- Opcional: Miel o maple syrup
- Mezclar en un bol el huevo, leche, canela, azúcar y vainilla hasta combinar bien.
- Mojar cada pan durante un minuto y dar vuelta hasta que quede bien húmedo. No dejar más tiempo porque puede romperse.
- Derretir la manteca en una sartén a fuego medio. Cocinar el pan unos 4 minutos de cada lado hasta que quede dorado y crocante.
- Retirar el pan de la sartén, y ahí mismo agregar los frutos rojos, azúcar y jugo de limón y cocinar unos minutos hasta ablandar.
- Servir las tostadas con los frutos rojos y un poco de miel o maple syrup.
