Mis primeras memorias de tofu no son gratas. Tras la primera probada hace lo que pareciese un siglo, sólo sentí decepción y confusión. ¿Cómo podía a alguien gustarle este queso blando aguachento y sin sabor? Hoy con esta receta de tofu crocante y delicioso me redimo y retracto de todo lo que alguna vez pensé sobre el tema.
Cuando éramos niños y salíamos a almorzar todos los sábados con mi hermano y mi papá, Pizza Hut era la única opción contemplada. Llegar, jugar en la pieza llena de Legos (que hasta ahora existe) y hacer el mejor puntaje en el videojuego de boxeo de la entrada son quizás mis más vívidos recuerdos de aquellos almuerzos. Después crecimos, empezamos a vernos menos y el menú pizzero se transformó para siempre.
Hoy los trimestrales almuerzos con mi papá siempre giran en torno a comida especiada, sabores no recurrentes y mucha salsa de soja. Shangrila, Delicias, Hiroshima, usualmente va por ahí la mano. Al principio yo no iba más allá del clásico arroz frito, mientras él se servía todas las bizarreadas del buffet; orejas de cerdo, ensaladas de colores radioactivos y sopas sin ningún ingrediente que yo haya registrado antes.
Hoy me aventuro mucho más en la comida, y con el tiempo descubrí que el tofu, por más aburrido que pueda sonar, es un vehículo increíble para transportar umami, textura y un montón de sabores nuevos e inesperados. De esa primera sopa miso que comí en uno de esos almuerzos paternales que me mantuvo decepcionada por años, hoy ansío siempre probar nuevas y diferentes variaciones de este bloque blanco, abanico de posibilidades.
No suelo escribir ni hablar mucho de mi papá y quizás nunca tengamos esa relación padre/hija de las películas, pero está bien. De repente siento que culpamos mucho a nuestros padres de nuestras miserias, y ahora que soy madre, entiendo un poco más lo fácil que es meter la pata con los hijos. En fin, es todo lo que tengo ganas de escribir del tema por ahora.
Disfruten esta receta, es una trompada.
Tofu crocante con salsa agridulce Imprimir
45 mins
30 mins
Una hora 15 mins
- Un bloque de tofu
- 5 cucharas soperas de salsa de soja
- 4 cucharas soperas de salsa agridulce
- 1 taza de salsa de tomate
- 2 cucharas soperas de vinagre de arroz
- 1 cucharita de aceite de sésamo
- Una cuchara sopera de sésamo blanco
- Una cuchara sopera de sésamo negro
- Una taza de almidón de maíz (o harina en su defecto)
- Retirar el tofu del envoltorio y con cuidado escurrir un poco el líquido. Cortarlo a la mitad a lo ancho y dejar reposando sobre papel absorbente o un trapo, aplastando con una tabla o algo plano y pesado por media hora. De esta manera se obtiene una textura mucho más firme y sabrosa.
- Mientras tanto, mezclar en una sartén la salsa de soja, salsa agridulce, aceite, vinagre y salsa de tomate. Cocinar hasta que hierva unos minutos y apagar el fuego.
- Cortar el tofu en bastones del tamaño de papas fritas grandes.
- Usar la mitad de la salsa para marinar el tofu, colocando los bastones sobre un plato con la salsa (no importa que no estén sumergidos) durante quince minutos.
- Precalentar el horno a 180 grados.
- Colocar el tofu ya marinado dentro de una bolsa plástica con almidón. Sacudir con cuidado para cubrirlos todos y que queden bien crocantes. Luego colocar sobre una placa para horno apenas aceitada.
- Cocinar durante 20 minutos o hasta que los bastones queden crocantes y dorados. Agregar semillas de sésamo a la salsa ya preparada y cubrir los bastones con la misma. Disfrutar inmediatamente solos o con arroz o fideos.
Tip: Congelando previamente el tofu la textura se vuelve aún más firme y carnosa. También es una buena manera de conservar para que no se descomponga.