Sobre gustos no hay nada escrito, pero cuando Awi escupe la cebolla de una comida me quiere dar un patatús. Recuerdos fugaces de las cotidianas peleas que mi mamá tenía con mi hermano en la mesa me azotan, y digo por favor no.
Mi peor pesadilla (bueno, no la peor) es que Awi se convierta en uno de esos adultos con paladar de niño de kínder, que le saca las cebollas a la chipa guasu y le dan arcadas las uvas pasas. Que salen a cenar y no quieren probar cosas nuevas, que van a casas de extraños y rechazan la comida. Que tienen una lista de dos cifras de ingredientes que no toleran. Que comen siempre lo mismo. Por favor no. Todo menos eso.
La cebolla tiene mala fama. Se ve rara, hace llorar, pica, es agria, crocante de la manera incorrecta, absolutamente wakala en vocabulario infantil. Ahora, un poquito de sal, un chorrito de aceite, un masajito y unos minutos de espera, y la cebolla cruda cobra vida. Cocinada a la plancha, es un poema ahumado y dulzón. En el arroz kesu, la gloria misma.
Puede sonar exagerado, pero la cebolla hasta podría ser mi verdura favorita. No sola, no cruda, pero tiene el toque de sabor para completar todas y cada una de las comidas. La ensalada de papas, el guiso, la salsa de tomate, la sopa paraguaya; nada sería igual.
Esta receta lleva a la cebolla a su máximo esplendor y se prepara en cinco minutos, justo para aprovechar la prendida de parrilla. Es especial para el momento del asado, un acompañamiento para un pan crocante con sabor a leña y el rey de los complementos de un queso duro y fuerte.
Si una cosa me enseñó mi mamá es que no podés decir que algo no te gusta hasta que pruebes. Así que háganse el favor. En cuanto a Awi, espero sea solo una fase, y si no, conociéndome con gusto estaré cocinándole su arroz kesu especial con cebolla licuada para que no sienta.
Y sí. Cosas de mamá.
Cebollas a la parrilla Imprimir
5 mins
45 mins
50 mins
- 6 cebollas medianas o 12 pequeñas
- Una cuchara de sal
- Dos cucharas de aceite de oliva
- Dos cucharas de azúcar morena
- Dos cucharas de manteca derretida
- Dos cucharas de aceto balsámico
- Una cucharita de vinagre de manzana
- Una pizca de pimienta
- Pelar las cebollas y cortar en mitades sin sacarles los extremos para que no se desarmen. Reservar.
- Mezclar el resto de los ingredientes en un bol hasta formar una salsita homogénea.
- Colocar las cebollas en una sartén con un poco de profundidad con el lado abierto con capas hacia arriba. Cubrir las cebollas con la salsa.
- Cocinar a la parrilla cubiertas con papel de aluminio por media hora y destapar por 15 minutos para que se doren. También pueden cocinarse al horno por 35 minutos a fuego medio
Tip: Pueden guardarse en un frasco de vidrio hasta 10 días en la heladera, o congelarse para disfrutar por meses.