Cuando mi mamá y mi Tía Teresa tenían el bazar sobre Río de Janeiro, la casa de mi tía (que quedaba al final de la cuadra) era tierra de nadie, el paraíso de las aventuras de mi pandilla. Ale, Andrea, mi hermanito Edu y yo pasábamos los días inventando mundos lejos de la monotonía de los adultos.
Yo era la mayor, la de las ideas. Ale, mi leal secuaz con la que muchas veces solucionábamos las diferencias a pinchazos. Edu y Andrea eran más chicos, nos solían seguir la corriente sin preguntar demasiado.
Una siesta de enero mientras mi mamá y tía trabajaban, jugábamos solos con la manguera en el garaje de la casa. Sin razón aparente, decidimos entrar y meter a Daisy, la perrita salchicha destructora de plantas.
Nos sentamos a pintar en la mesa del comedor y apenas unos minutos después se escucha el chirrido de un auto que clava freno y pierde el control. Segundos después, el garaje estaba cubierto de polvo y escombros.
El portón de madera se despedazó y el auto que había perdido los frenos rompió todo a su paso, ahí mismo donde estábamos jugando como siempre cinco minutos antes. No recuerdo si gritamos, lloramos, o nos quedamos congelados. No sé si tenía tampoco consciencia en aquel entonces de lo que pudo haber pasado.
Media hora después, apareció el diario ABC Color a sacar fotos del accidente. Emocionada, agarré a mi pandilla y les dije, “vamos, tenemos que salir en la foto”. Posamos los cuatro abrazados sonriendo al costado del auto cubierto de los restos del garaje, felices por la fama que implicaría ser sobrevivientes de tal suceso.
Nunca supe si la foto salió publicada en el diario, pero tengo la ilusión de que algún día, en el momento menos pensado, me encuentre con esa fracción de mi infancia que, aunque quizás solo quedó en la lente de ese fotógrafo y nunca se imprimió, es de esas memorias que selectivamente y sin justificación guardamos en nuestro interior para siempre.
P.D: No sé qué pasó de la tarjeta donde tenía las fotos hermosas del bizcochuelo de chocolate, pero cuando encuentre voy a cambiar estas fotos, prometo. Tenía que subir nomás ya esta receta.
Bizcochuelo de chocolate Imprimir
20 mins
50 mins
70 mins
- Una taza de café negro
- Una taza de cacao en polvo
- Dos tazas de azúcar
- Una cucharita de sal
- Una cuchara sopera de polvo de hornear
- Dos huevos y una yema
- 3/4 taza de leche entera
- 3/4 taza de aceite neutro
- Una cucharita de esencia de vainilla
- Tres tazas de harina común
Para la cobertura
- Una taza de crema de leche
- 100 gr de chips de chocolate
- Colocar en la batidora el azúcar y el aceite y batir durante dos minutos. Agregar la esencia de vainilla, la leche y los huevos y batir durante 4 minutos aproximadamente hasta obtener una mezcla cremosa y uniforme.
- Mezclar en otro bol la harina con el polvo de hornear y la sal. Agregar al bol de a poco, batiendo a velocidad media por dos minutos hasta integrar. No batir demasiado.
- Por último, mezclar el cacao con el café negro hasta que no queden grumos. Agregar la mezcla y batir solamente uno, dos minutos.
- Mientras tanto, precalentar el horno a 180 grados. Enmantecar un molde para tortas y servir la mezcla. Cocinar en el horno aproximadamente 50 minutos o hasta que, al meter un escarbadientes, éste salga limpio.
- Dejar reposar por lo menos quince minutos antes de desmoldar.
- Para la cobertura, calentar la crema de leche en el microondas por un minuto. Agregar los chips de chocolate y mezclar hasta que se derritan.
- Asegurarse de que la torta esté a temperatura ambiente antes de agregar la cobertura.