Recuerdo las masitas de la extinta Sugar como el súmmum de las masitas noventosas, seguramente carísimas para la época, porque solo en ocasiones especiales llegaba una bandejita a casa. Mi mamá incluso las compraba a escondidas de nosotros, ya que probablemente no apreciábamos la finura rococó de aquellas dulzuras aristocráticas y nos conformábamos fácilmente con cualquier Nucita o Rumba.
¡Qué alimento de bien son las masitas! En mi libro no llegan al nivel de exquisitez de los bocaditos, pero una bandeja surtida de sabores y texturas puede ser un viaje en veinte pequeños pasos; un recorrido desde lo más chocolatosamente empalagoso hasta los temibles ojos de suegra que nadie nunca quería comer. Lindo nombre luego le pusieron.
Los fantasmitas (a veces son conejos también) de dulce de leche eran uno de mis favoritos de niña hasta que crecí y dejó de gustarme la idea de comer dulce de leche con cuchara. Los cañoncitos de dulce de leche también encabezaban mi lista de preferidos, hasta que, de nuevo, exceso de dulce de leche. No sé qué trauma hubo ahí ni cómo nació esta relación pasivo-agresiva con el dulce, es algo para revisar con un profesional seguramente.
De joven adulta, mi lista de buena fe de masitas cambió radicalmente; es lo más parecido a lo que una sexagenaria amante del crochet y la misa vespertina eligiría. Palmeritas, de esas mantecosas y bien crocantes, bolitas de coco, cualquier cosa con nueces o canela, y las trufas de chocolate, cuando son ricas al menos.
Estas trufas de Amarula te hacen quedar como señora de alta alcurnia, mínimo se sirven en un juego de té de porcelana Danubio Azul mientras se juega al bridge. Lo mejor, son tan fáciles de hacer que el polvo Maja y aroma a Heno de Previa se te van a quedar intactos hasta que lleguen Chiquitunga y Rosa Ester, tus nuevas amigas.
Trufas de Amarula y chocolate Imprimir
10 mins
2 mins
12 min (más unas horas de espera)
- Una taza de chocolate semiamargo en barra (200 gramos aprox)
- 100 ml de licor Amarula de vainilla
- Una taza de galletitas de chocolate procesadas (110 grs aprox)
- Media taza de almendras picadas
- Dos cucharas de azúcar impalpable
Toppings:
- Media taza de brigadeiro
- Media taza de azúcar impalpable
- Media taza de cacao en polvo
- Colocar las galletitas procesadas o machacadas, almendras picadas y azúcar impalpable en un bol y mezclar bien.
- En otro bol, colocar el chocolate con el licor. Derretir el chocolate en el microondas por 30 segundos a potencia media y revolver. Repetir hasta que el chocolate se haya derretido del todo.
- Mezclar el chocolate derretido con las galletitas y almendras hasta integrar. Dejar enfriar en la heladera por dos horas hasta que se endurezca.
- Con las manos húmedas, armar bolitas pequeñas de la mezcla.
- Servir en tres bols pequeños el azúcar, brigadeiro y cacao y pasar las bolas por la mezcla hasta que queden bien cubiertas. Refrigerar por lo menos seis horas; aunque son el doble de ricas al día siguiente.