Cocinar para uno mismo es un acto de amor propio que celebra el sutil arte de saber estar solo y disfrutarse.
Admito que las pocas veces que estoy sola, no pienso en cocinar para mí misma. Cualquier sándwich, resto del almuerzo directo del tupper son soluciones a mi pereza.
Cocino para videos, para mi familia, para mis amigos. Para mí misma, poco y nada.
Pero a veces, solo a veces, cocinar para uno es la dosis perfecta de egoísmo que le falta al alma.
Pensar en lo que se te antoja, lo que te gusta solo a vos, con el tiempo eterno y el único sonido ambiente de la cebolla dorándose en la olla y los pensamientos que uno a veces no puede escuchar del barullo de estar siempre con gente.
Mezclás los ingredientes, bajás el fuego al mínimo y mientras la salsa se hace sola ves la serie que nadie quiere ver contigo, con la ropa más cómoda, tirado en el sofá, a veces hasta comiendo directo de la olla.
Eso es independencia.
Eso es amor propio.
No será mucho,
Pero para mí, cuando me toca cada tanto, es todo.
Spaghetti al tuco Imprimir
10 min
50 min
Una hora
- Un paquete de spaghetti
- Una cuchara de aceite
- Una cebolla
- Un locote
- Dos dientes de ajo
- Una zanahoria rallada
- Una cucharita de sal
- Una cuchara de azúcar
- Una cuchara de albahaca seca
- Dos hojas de laurel
- Una cuchara de extracto de tomate
- Una taza de vino blanco
- Dos tazas de puré de tomate
- Colocar el aceite en una olla y sofreír la cebolla picada bien fina. Agregar el locote y los ajos y cocinar unos minutos hasta que empiecen a ablandarse.
- Añadir la zanahoria, sal, azúcar, albahaca seca y laurel. Mezclar y dejar cocinando 3 minutos.
- Agregar el extracto de tomate y vino blanco. Cocinar hasta que el vino se evapore.
- Incorporar el puré de tomate. Mezclar y dejar cocinando a fuego bajo por 40 minutos. Añadir un poco de agua si fuese necesario.
- Cocinar los spaghetti en agua hirviendo el tiempo indicado en el paquete. Servir los fideos con la salsa y abundante queso rallado.
