Los tacos son comida de calle por excelencia. Pequeños, transportables, se comen con las manos y son más ricos después de la fiesta. Los tacos son celebración, amigos, cerveza helada y tequila ardiente; aglomeración.
Quiero viajar, perderme en callejuelas angostas y ser hipnotizada por el aroma enloquecedor de un carrito de comida. Quiero probar sabores nuevos, ingredientes rebuscados, quiero saborear la historia gastronómica de cualquier país remoto o cercano.
Necesito llegar a una ciudad desconocida con una lista de puestos de comida y restaurantes por conocer, pero terminar sorprendida por lo imprevisto, por ese lugarcito al que no le das ni cinco. Sentirme satisfecha al punto de desprenderme los pantalones, y caminar sin rumbo para digerir mientras pienso en el próximo menú.
Quiero conocer mercados, almacenes, copetines y establecimientos cinco estrellas. Sacar fotos de todo lo que coma; comprar ingredientes que quizás nunca vuelva a usar. Llenar una valija de panes, arroces y especias. Volver con unos kilos de más y el paladar renovado; con ganas de compartir mi travesía y mi aprendizaje. Desconectarme del mundo y reconectarme conmigo misma.
Hoy solo pienso en vacaciones. En marzo casi casi fuimos con Juanma a Buenos Aires a estar solos por primera vez en dos años y a dedicarnos única y exclusivamente a comer cosas deliciosas. Maldito coronavirus.
Buscando satisfacer este anhelo de escape, nacen estos tacos de masa suave y sabrosa. Mi versión asuncionizada rompe quizás un par de reglas, pero ahora que hice tortillas yo misma, creo que nunca volveré a comprar las del súper.
DIY or die, cabrones.
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15 mins
30 mins
45 mins
- Dos tazas de harina de maíz precocida
- Una taza y media de agua (aproximadamente)
- Una cuchara de sal
- Una taza de porotos negros hervidos
- Un tomate
- Una cebolla morada
- Un aguacate maduro
- Medio repollo morado
- Jugo de medio limón
- Ají molido
- Un mazo de cilantro
- Un diente de ajo
- Dos cucharas soperas de maní picado
- Una cuchara sopera de queso rallado
- Jugo de un limón
- Media taza de aceite de oliva
- Para hacer las tortillas, colocar la harina de maíz y sal en un bowl. De a poco ir agregando el agua y amasar con las manos hasta obtener una masa suave y un poco húmeda. Dejar reposar media hora en la heladera para que se hidrate bien.
- En un bowl, mezclar el aguacate, tomate y la cebolla picados bien finos. Condimentar con el jugo de limón, ají molido y sal. Reservar.
- Preparar el pesto licuando el cilantro, ajo, maní, queso rallado, jugo de limón y aceite de oliva. Reservar.
- Para formar las tortillas, cortar dos trozos de bolsa de plástico en forma rectangular. Colocar una de las bolsas sobre una tabla y hacer una bolita de masa y colocarla sobre la bolsa. Tapar con la segunda bolsa y presionar con una olla u algo pesado para formar una tortilla finita que no se pegue.
- Para cocinar las tortillas, calentar un poco de aceite en una sartén. Despegar la tortilla de las bolsas y cocinar durante unos 4 minutos o hasta que empiece a tostarse sin endurecerse demasiado. Guardar en un recipiente tapado con un trapo para que no se enfríen antes de servir.
- Armar los tacos con los porotos hervidos, el repollo picado bien fino, la salsa de aguacate y el pesto de cilantro.