Volcán de chocolate

Empalagados Recetas
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Refunfuñando tras una espera babilónica en la peluquería sumada al tráfico infernal de viernes a las seis de la tarde, ella llega a su casa, se pone el vestido rojo y ajustado con los tacos quiebra-empeines mientras espera. Y espera y espera un poco más.

Él compra el ramo de flores que ya tenían armado en la florería, garabatea una declaración de amor mientras mira el reloj, ya imaginándose su reacción. Tarde para variar. Y las reservas eran para las nueve.

9:15, y el semáforo parece trancado eternamente en rojo. Llega. Ella se sube al auto dando un portazo. No le dice nada aunque está molesta porque él no subió nada al Instagram hoy.

Tras pagar 20.000 por adelantado al cuidacoche, por fin llegan a la cena, la más importante del año. La que tiene que ser perfecta porque la cena de enamorados es un indicador del estado actual de la relación.

Otras tres parejas esperan parados en la recepción del restaurant. Apurados. Impacientes. Sonriendo mientras se apretujan las manos. La anfitriona, que rompió con su novio la semana pasada, chequea sus nombres una y otra vez en su lista. Resopla mientras los acomoda en su mesa.

El lugar, iluminado por velas pero demasiado oscuro como para dejarse ver, huele a flores y a perfume de hombre. Suena algún bossa con algo, porque aparentemente así debe sonar una cena de 14 de febrero. El ambiente, forzado y meloso se refuerza con la entrega de una rosa a cada una de las comensales que con zapatos incómodos y vestidos demasiado apretados, sonríen sólo un poco. No vaya a ser dañen las horas de peluquería y maquillaje.

La cocina del restaurant es un infierno, el chef escupe barbaridades a sus asistentes que cocinan lo más rápido que les da las manos, sabiendo que el futuro de 20 relaciones puede estar en sus manos. Un solo error podría ser catastrófico. Mientras tanto, uno de los aprendices olvida chequear el punto de las papas y las sirve crudas con tal de callar al chef que le respira en la espalda.

Llega un plato. Tibio. Los de al lado se quejan y piden más pan a la moza que vaivenea con una botella de champagne en una mano y un plato de risotto pasado en la otra. Nuestra pareja cena con modales mal aprendidos que los tienen tiesos en sus sillas. Rompen el silencio incómodo mirando a los de la mesa de al lado que están mirando el celular desde que llegaron.

Que suerte que no somos como ellos.

Media hora y llega el plato de fondo, insulso pero cargado y decorado como obra renacentista. El de la mesa del fondo se arrodilla con un anillo. Ella lagrimea de rabia. Él cambia rápidamente de tema. Por suerte llega el postre; volcán de chocolate. Oh, que sorpresa. Le meten un tenedorazo, y la cascada sinuosa de chocolate caliente nunca llega.

Pronto, la temida cuenta. Terminó el día más romántico del año con un agujero de medio sueldo en el bolsillo. Hasta el año que viene, pero no se olviden de subir fotos del ramo y la cena porque #goals.

La moraleja: Quédense en casa este día de los enamorados. Para hacer este volcán de chocolate no necesitás un sueldo en dólares, demasiado tiempo, grandes habilidades, solo ganas de mimar. ¡Y feliz día, queridos enamorados, cero estrés, recuerden que es un día más nomás!

P.D. Estar enamorados después de catorce años no es tan difícil. Tampoco hacer volcán de chocolate. Ahora sacarle fotos decentes, hacer un video increíble y no perder la cabeza todo en una siesta, olvídate. Eso es amor. Gracias Plaza Hogar por los moldes, platos y cositas bellas y útiles para cocina. 

 

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Tiempo de preparación
10 mins
Tiempo de cocción
10 mins
Tiempo total
20 mins
Precio: $$
Dificultad: Medio
Porciones: Cuatro volcanes
Ingredientes:
  • ½ taza de manteca derretida
  • 200 gr de chocolate de buena calidad
  • Dos huevos
  • Dos yemas
  • ¼ taza de azúcar
  • Una pizca de sal
  • Dos cucharas soperas de cacao en polvo
  • Una cucharita de café soluble
  • Dos cucharas soperas de harina común
¿Qué hago?
  1. Precalentar el horno a temperatura alta, aproximadamente 210 grados.
  2. Cortar el chocolate en trozos pequeños. Mezclar con la manteca derretida y calentar al microondas por 30 segundos y revolver hasta obtener una mezcla homogénea y chocolatosa. En caso de no tener microondas, puede derretirse a baño maría en un bowl sobre una olla de agua hirviendo.
  3. Mientras tanto, batir los huevos y el azúcar durante cinco minutos o hasta obtener una mezcla espumosa y aireada de color amarillo clarito.
  4. Agregar lentamente el chocolate a la mezcla de huevos. Mezclar con cuidado para no perder el aire de los huevos.
  5. Añadir el cacao, café y sal con un colador para evitar que se formen grumos. Por último, agregar la harina y mezclar solo un poco hasta que se integre.
  6. Si no usás moldes de silicona, enmantecar y enharinar los moldes. De lo contrario, colocar la mezcla en los moldes y cocinar por 10 a 12 minutos. Como cada horno es distinto, está atento a que forme una capa durita pero que no se llegue a cocinar del todo.
  7. Retirar del horno y dejar descansar un minuto antes de servir. Acompañar de helado de crema o vainilla.
Tip: La mezcla de la masa puede hacerse el día antes y cocinar en el momento. Además, podés congelar y meter al microondas para comer cuando se te antoje.
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