Huevos endiablados

Fiestita Recetas

No me crié con mi abuela ni tengo demasiados recuerdos de mi infancia a su lado, pero cuando fuimos a vivir a la casa de Ykua Sati en el 2006, ella se mudó al lado a una casita fresca y pequeña llena de portarretratos y un jardín colmado de flores y hierbas frescas.

Todas las mañanas cruzaba la puertita que dividía nuestros patios con un vaso de jugo de zanahoria y naranja con mucha azúcar porque sabía que yo amaba tomar sol. Otros días, el jugo era de limón y perejil, bien puro, como agua de arroyo helada.

En la mesada de su cocina nunca faltaban coquitos o palitos, que son su desayuno todos los días, fieles acompañantes de un café con leche tibio, servido en esas tazas transparentes marrones que todas las abuelas tienen. Ella, tras dos matrimonios y tres hijos, pasaba sus días entre sus plantas que le apasionaban, la cocina diaria, la costura (en aquella época) y sus novelas turcas que veía desde temprano en la cama.

Para mí el olor a abuela es una mezcla de polvo Maja y Heno de Previa, pero Ñompa, mi abuela, huele a perfume dulce mezclado con talco. Siempre coqueta pero sencilla, con vestidos sueltos, conjuntos en colores pasteles y aros y collar a tono. Sus manos arrugadas pero suaves, siempre pintadas de color rosa nacarado, y su cabello plateado peinado al costado.

Mi recuerdo favorito de mi abuela es en aquella casa donde casi convivíamos. Como buenas vecinas, una mañana llegó ella despacito a pedirme una tacita de azúcar. Yo, atolondrada como siempre (y con una presión baja que me obliga a bajar veinte cambios), salto del sofá a la cocina para ayudarle. Dos pasos después, pierdo el conocimiento. Me despierto en brazos de mi abuela desesperada, gritando “María Magdalena, salva a mi nieta” y yo, solo pude reírme a pesar de su desesperación. Qué mucho se asustó. Creo que esa fue la última vez que me desmayé.

Esta no es una receta de mi abuela, pero creo que le va a encantar cuando pruebe esta Navidad. El año pasado cumplió 90, y tenerle cerca y presente es el mejor regalo.

P.D. Prometo recetas suyas muy, muy pronto.

 

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Tiempo de preparación
20 min
Tiempo de cocción
15 min
Tiempo total
35 min
Precio: $
Dificultad: Fácil
Porciones: Picada para cuatro
Ingredientes:
  • Ocho huevos
  • Una cucharita de vinagre
  • Una cucharita de sal
  • Media taza de mayonesa (si es casera, mejor)
  • Una cuchara sopera de mostaza Dijon
  • Cuatro cucharas de queso crema
  • Una cucharita de pimentón dulce
  • Dos pepinillos picados bien finos
  • Perejil y pimienta rosa, para decorar
¿Qué hago?
  1. Poner los huevos en una olla grande, sin encimar. Cubrir con agua a temperatura ambiente. Agregar vinagre y sal para la cáscara sea más fácil de retirar al pelar. Colocar a fuego alto y poner a hervir.
  2. Una vez que rompe hervor, tapar a olla, apagar el fuego y dejar cocinando los huevos en el agua caliente durante 10 minutos.
  3. Mientras los huevos se cocinan, mezclar en un bol la mayonesa, mostaza, pimentón, pepinillos, sal y pimienta. Se puede usar un mixer para obtener una mezcla cremosa o dejar trocitos para extra textura.
  4. Pasados los 10 minutos, retirar los huevos del agua caliente y colocarlos en un bol de agua con hielo para cortar más rápido la cocción.
  5. Pelar los huevos con cuidado. Partirlos a la mitad (puede ser a lo largo, o a lo alto; yo prefiero a lo alto). Vacíar las yemas y agregar a la mezcla de mayonesa. Esta mezcla puede prepararse el día antes y rellenar los huevos antes de servir.
  6. Colocar la mezcla en una manga y rellenar los huevos. Decorar con una hojita de perejil y dos granitos de pimienta rosa. Servir frío.

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