El enemigo más temido de los niños; ese arbolito verde color slime que hace temblar las piernitas de hasta el más valiente de la clase; junto al hígado encebollado y la sopa con muchas verduras, el brócoli es un verdugo culinario capaz de desatar en dos patadas una tormenta de lágrimas.
Siempre pensé que esta aversión al brócoli venía de traumas infantiles que nos bombardearon los dibujitos; que ese intruso verde en el plato paz de despertar furia tenía mala fama nomás, pero para que vean que todos los días se aprende algo;
Mi lord y señor Google me contó que las hortalizas del género Brassica contienen un compuesto que se llama sulfoxido de s-metil-L-cisteína, wow, costó ese, que produce potentes olores sulfurosos cuando interactúa con la saliva de algunas personas, en especial los niños.
No era malcriadez, era ciencia. Ponele.
Igual, aunque duela escuchar, los 90s terminaron hace 23 años; aunque nuestra madurez emocional diga lo contrario, acá ya estamos grandes; capaz ya sea hora de amigarse con el brócoli. Siento que esta tarta podría ser la excusa perfecta.
Tarta de brócoli y cheddar Imprimir
20 min
25 min
45 min
- Un mazo de brócoli (sin el tallo grande)
- Dos huevos
- Una cuchara de sal
- Cuatro cucharas de queso rallado
- Una cuchara de pimienta blanca
- Dos dientes de ajo picados
- Dos cucharas de mostaza
- Dos cucharas de queso crema
- 100 gr de queso cheddar
- Una tapa de tarta
- Un huevo para pintar
- Hervir abundante agua con sal en una olla. Echar los brócolis y dejar cocinando apenas 1 o 2 minutos. Luego colar, enjuagar con agua fría y reservar.
- Combinar en un bol los huevos, sal, pimienta, ajo, mostaza y queso crema. Mezclar bien y agregar el queso cheddar.
- Incorporar el brócoli y mezclar.
- Aceitar un molde para tarta y colocar la masa. Rellenar y pintar los bordes con huevo para que quede brillosa.
- Hornear 25 minutos hasta que quede bien dorada. Dejar enfriar unos minutos antes de desmoldar y cortar.