Mini pizzas (low-carb y gluten-free!)

¡Salú! Recetas

Me despierto y agarro casi en sueños el celular. El primer impulso es encontrar entre las sábanas o la mesita de luz ese pedazo de metal, vidrio y litio y ver la hora. Es una extensión de mi mano. Somos adultos pegados a la tecnología y pretendemos que nuestros niños no nos imiten. ¿Cómo vencer la batalla contra el tiempo en pantalla?

Nunca pretendí criar a mi hija lejos de la televisión y el celular. Admiro a la gente que lo logra. Muchísimo. Pero yo no. Awi mira tele desde que tenía meses. Pasó por todas las etapas; desde La Granja de Zenón, Plaza Sésamo, Baby Shark, Paw Patrol y todas las versiones bizarras de Johnny Johnny, Si Papá que hay en YouTube.

Aunque me cueste admitirlo, la tele es una de mis compañeras de crianza más fieles. Ahora también Awi tiene a Tom, su amada tablet, apodada así por el jueguito ese del gato Tom y sus amigos que tiene veinte variantes y trescientos mil veinte anuncios a cada rato. Awi no solo juega Tom. Se aburre de Tom y baja juegos nuevos. Juega cosas complicadas para su edad. Aprende jugando. Pero juega. Demasiado para mi gusto.

La pandemia suspendió la guardería y no quedó otra que habilitar la guardería digital, el Netflix y el Tom que compran horas de concentración y la posibilidad de tener una reunión virtual sin una niña de casi tres años saltando sobre mi falda, cantando a los gritos y demandando atención a cualquier costo.

Decían que los niños de mi generación tendríamos cerebros atrofiados de tanto ver tele y jugar videojuegos. De tanto pasar frente a la computadora en el chat. Miro a mi alrededor y veo una generación que, aunque no nació con internet, hoy trabaja, conoce, viaja, aprende y enseña a través de internet. Una generación que pegó la pubertad con Netscape Navigator y Altavista, que tuvo que esperar una noche entera para bajar una canción y recibir puteadas por la cuenta de teléfono, hoy sobrevive una pandemia gracias a Internet.

¿Qué es mejor? ¿Criar de cerca intentando llevar adelante algún tipo de vida laboral, aunque implique apoyarnos más de lo normal en la tecnología, o no estar del todo y pagar a alguien más que se haga cargo?

Si nosotros pasamos horas y horas viendo Netflix, scrolleando por Instagram y leyendo Twitter compulsivamente, ¿con qué autoridad podemos exigir a nuestros hijos que no hagan lo mismo? Por supuesto, guiándolos, supervisándolos y acompañándolos en la medida de lo posible.

Acá no hay bien y mal. Todo implica culpa, esfuerzo, sacrificio, cansancio. Escribo esto mientras vemos Pókemon, que no es para la edad de Awi. Pero aprovecho la obsesión con Pikachu (y que amo Pókemon) para escribir un rato después de un día eterno.

¿Estamos criando zombies dependientes de entretenimiento y atención 24/7? Puede ser. Pero al menos yo, intento hacerlo con cariño y una dosis de paciencia que no sé ni de donde proviene a esta altura.

No sé si los millenials tendremos el cerebro hecho puré como decían los especialistas de la época, pero al menos tenemos el corazón y las emociones a flor de piel. No nos sale otra cosa.

Mini pizzas (low-carb y gluten-free!) Imprimir

Tiempo de preparación
15 mins
Tiempo de cocción
25 mins
Tiempo total
40 mins
Precio: $$$
Dificultad: Facilísimo
Porciones: Seis mini pizzas
Ingredientes:

Para la masa

  • Una taza de harina de almendras
  • Dos cucharas soperas de psyllium
  • Una cuchara sopera de levadura nutricional
  • Una cuchara sopera de vinagre de manzana
  • Una cucharita de sal
  • Una cucharita de bicarbonato de sodio
  • 1/3 de taza de agua hirviendo
  • Dos cucharas de aceite de oliva

Para la pizza

  • ½ taza salsa de pizza
  • Una taza queso muzarella
  • Seis tomates cherry
  • ½ mazo de orégano
  • Un diente de ajo
  • Orégano
¿Qué hago?
  1. Precalentar el horno a 180 grados. Mezclar en un bowl la harina de almendras, psyllium, levadura nutricional, sal y bicarbonato de sodio.
  2. Hacer un agujero en el medio y agregar el vinagre y el agua caliente y mezclar rápido hasta obtener una masa. Dejar descansar cinco minutos.
  3. Formar bolitas pequeñas con las manos y aplastar formando mini pizzas. Colocar en un recipiente para horno. Pintar con un poco de aceite de oliva y pinchar con un tenedor para que no se hinche al cocinar.
  4. Cocinar durante 10 minutos hasta que tome consistencia, pero no se ponga crocante.
  5. Colocar salsa, queso, tomate o los toppings de preferencia y cocinar 10 minutos más hasta que el queso quede gratinado y la masa crocante.
  6. Servir inmediatamente. Las pre-pizzas pueden guardarse en la heladera hasta una semana.

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