Lasagna sin culpa. ¿Por qué me debería dar culpa comer lasagna? ¿Le sirvió alguna vez a alguien sentir culpa después de comer?
El círculo vicioso empezó joven, la de Atkins, la de la sopa, la que le robaba a mi amiga que iba al nutricionista hambreador. Solo había una constante, la culpa, el ingrediente no escrito.
Demasiados años batallé conmigo misma pasando hambre, solo para después esconderme y comer todo a mi paso, para después claro, volver a la culpa, y de la culpa, de vuelta al castigo de pasar hambre.
Un espiral de eterna privación y posterior descontrol buscando un ideal que nunca llegaba, porque mi cabeza no estaba bien y ese ideal era una meta que jamás iba a alcanzar, por más piel y hueso que haya estado. Nunca iba a ser suficiente.
Hoy sé que merezco comer lo que me hace feliz. Que la culpa no es un ingrediente de ninguna receta.
Mi cuerpo es perfecto. Tiene altibajos, cambia y envejece a la par que yo.
Le respeto porque es mi vehículo. Le nutro porque necesita combustible. Me muevo porque me mantiene la cabeza entera y le doy la comida que me hace feliz porque mi mente también es parte de mi cuerpo.
Los fantasmas siempre están ahí, susurrándome al oído, desencadenados por imágenes de cuerpos posados, retocados, que no existen en la vida fuera de esta cajita de ilusiones digitales.
Éste es el cuerpo que me tocó, en sus mejores y peores días. Pero culpa… no, esta lasagna no conoce de eso.
Lasagna cuatro quesos Imprimir
40 min
30 min
Una hora 10 min
- Un paquete de masa para lasagna
- 100 gr de queso mozzarella
- 100 gr de queso parmesano
- 50 gr de queso azul
- 100 gr de ricota
- 250 ml de crema de leche
- Pimienta negra
- Una cuchara de aceite
- Una cebolla
- Dos dientes de ajo
- Una cucharita de orégano
- Un locote verde
- Una cuchara de extracto de tomate
- Cuatro tomates maduros
- 50 ml de vino tinto
- Un mazo de albahaca
- Dos cucharas soperas de puré de tomate
- Mezclar en un bol el queso mozzarella picado, queso parmesano rallado, queso azul y la mitad del queso parmesano. Agregar la mitad de la crema de leche y un poco de pimienta. Reservar.
- Calentar aceite en una olla. Sofreír la cebolla con un poco de sal y orégano.
- Agregar el locote y el ajo y cocinar unos minutos hasta ablandar.
- Añadir el extracto del tomate y el vino tinto y cocinar a fuego bajo hasta que se evapore.
- Incorporar el tomate y la albahaca y cocinar durante aproximadamente 25 minutos, hasta obtener una salsa con mucha textura.
- Cocinar las láminas de lasagna según las indicaciones del paquete.
- Armar la lasagna en un recipiente para horno primero pintando el fondo con puré de tomate. Luego intercalar la masa con la mezcla de quesos y la salsa de tomate. Una vez alcanzado el nivel superior, agregar por encima el queso parmesano restante.
- Cocinar en el horno a 180 grados por 20 minutos. Los últimos 10 minutos cambiar a modo grill para gratinar la parte superior. Dejar enfriar unos minutos antes de servir.