Podés sacarme todo lo que me hace feliz, menos el café.
Hoy preparé galletitas en honor al verdadero élixir de vida, el que me motiva a levantarme todas las mañanas, mi compañero de silencios y pequeño placer libre de culpas.
El café es una medida de tiempo, una invitación a pasar, una excusa para una conversación o un minuto de paz en medio del caos.
Tomo café desde que tengo memoria, porque en los noventas los niños tomábamos café tranquilamente, viendo Tom y Jerry comiendo pan con dulce de guayaba.
Treinta años después puedo vivir sin muchas cosas, renunciar a grandes placeres de la vida, quizás hasta entregarme a la monotonía de la eterna sobriedad,
Pero el café no me toques.
Con leche espumosa, negro como la noche, con hielo dentro de un termo; no importa,
estas galletitas fueron diseñadas para endulzar una siesta dormida. Suaves y mantecosas, se hunden en el café negro para un último acto triunfal.
Nunca me dejes, café.
Galletitas de café Imprimir
20 min
10 min
30 min
- 200 gr de manteca a temperatura ambiente
- Una taza de azúcar morena
- 1/4 de taza de azúcar blanca
- Un huevo
- 50 ml de café negro
- Dos tazas y media de harina
- Una cucharita de polvo de hornear
- Una cucharita de bicarbonato de sodio
- Una pizca de sal
- Opcional: Media taza de nueces mariposa picadas
- En un bol grande batir la manteca con el azúcar morena y blanca hasta que obtener una mezcla bien cremosa; aproximadamente 5 minutos a mano.
- Agregar el huevo y el café y batir 2 minutos más.
- Mezclar la harina con el polvo de hornear, bicarbonato y sal y agregar al bol. Mezclar con cuidado; la idea es no mezclar demasiado para que las galletitas queden tiernas.
- Por último, agregar las nueces y volver a mezclar. Dejar reposar la masa media hora en la heladera.
- En una placa para horno aceitada o cubierta con una plancha de silicona, colocar la masa con la ayuda de una cuchara para helado. Aplastar un poco con una cuchara.
- Llevar a horno precalentado a 180 grados por 10 a 12 minutos; retirar del horno aunque aún parezcan un poco crudas para que queden bien blanditas.
- Dejar enfríar sobre una rejilla y disfrutar con un rico café negro.